viernes, 15 de julio de 2016

En ningún lugar y en todas partes al mismo tiempo

Algunas personas me han dicho que es muy bonito que posiblemente fuera tu último pensamiento antes de irte, que fuera la última persona a la que quisiste. Pero joder, ojalá me odiaras con todas tus fuerzas y siguieras vivo. Porque aunque me odiaras, aunque pasáramos años sin hablarnos, siempre tendría esa esperanza de que en algún momento, tarde o temprano, volveríamos a coincidir. Pero ya no tengo esa esperanza y de nada sirve ya que me quisieras tanto. ¿Dónde estás cuándo te necesito?, ¿cuándo necesito contarte cosas que a nadie más le contaría?, ¿cuándo necesito que me consueles, que me regañes, que me apoyes y me des fuerza, dónde estás?. ¿DÓNDE ESTÁS?. A veces tengo la certeza de que sigues aquí, de que nos cuidas, nos proteges. Ojalá sea verdad. Ahora mismo estoy mirando tu sonrisa perfecta en una de tus fotos, rebosabas tanta felicidad contagiosa... que no sabes cómo la echo de menos. Ha pasado tantísimo tiempo ya... que parece una locura que siga pareciendo una locura, ¿eh?.
Ayer fue el cumple del pequeño y gordo bollo de chocolate, y me encantaría poder enseñarte las fotos de lo grande y rubio que está. Me encantaría que hubieses podido escucharle la última vez que vino a mi casa y se quedó mirando el lienzo con la foto de los cinco y señalé tu cara y le dije: "¿sabes quién es este?" y le susurré tu nombre. Y él me miró muy serio y lo repitió lo más parecido que pudo, y casi se me parte el alma y me echo a llorar de lo fantástico y triste que era la situación al mismo tiempo. Pero da igual, porque nunca le escucharás decírtelo, nunca podrá llamarte.
He visto las fotos de tu madre de vacaciones, tendrías que ver lo guapa que está con su vestido de flores. Por fin tus padres se han quitado el negro. No tenía sentido porque no iba a hacer que volvieras.
A veces sigo soñando con tu cara, sueño con tu voz. Y es increíble. Otras noches sueño que no puedo acordarme de quién eras y esas son las peores al despertarme. Otras veces sueño que te vuelves a ir, o que ya te has ido y no paro de verlo en la tele y de oírlo en la radio. Pero esos sueños son mejores que aquellos en los que no soy capaz de reproducir tu cara, tus manos, tus ojos. En fin. Sólo espero que nunca llegue el día en el que de verdad se me olviden todas esas cosas, porque ese sí que será el día más triste del mundo.
Me pregunto muchas veces si de verdad te has apagado y ya está o si estás en otro lugar, porque seguro que si es así será setecientos millones de veces mejores que este. Que ya has visto como está el percal. Que malo es el mundo, coño. Y me he dado más cuenta desde que no estás. Tú lo hacías un poco menos cruel, un poco más justo.
Tengo tantas cosas que contarte, que compartir contigo... que ojalá una parte de ti siga viviendo conmigo para que puedas estar al día siempre de lo que me pasa, de cada pequeña cosa que sucede y que odio pensar que te estás perdiendo.
Te amo con toda la locura del mundo pequeño bichito azulado con alas.
Siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario