martes, 31 de mayo de 2016

Vivir las veces

¿A dónde irán todos los besos que no se dan? Espero que estén donde estás tú. Que los sigas sintiendo como el primero. Como el último.
El otro día alguien me dijo que le gusta decir siempre que es la penúltima vez que hace algo, pero no la última, porque hacer algo por última vez significa estar muerto. Y me acorde de ti, no lo pude evitar. Pensabas que sólo era la penúltima pero en realidad ya no habría más veces. Pero me he dado cuenta de que para mi no, que yo sigo haciéndolo todo por penúltima vez y tú has hecho que me de cuenta de lo importante y valioso que es eso, de tener la oportunidad de hacerlas, de VIVIRLAS. Así que voy a hacer todas las que pueda. Por ti, por mi, por las que nos quedan.

domingo, 29 de mayo de 2016

El país de Nunca Jamás

¿Te acuerdas cuándo me contaron la verdadera historia de Peter Pan? Te dije que me habían roto la infancia porque siempre había sido mi personaje Disney favorito.
Dicen que la historia real del país de Nunca Jamás es una especie de limbo donde van los niños que mueren y por eso no pueden crecer nunca, y Peter Pan es como un ángel que les cuida.
Ahora estoy segura de que tú debes estar allí, que te has convertido en el Peter Pan de todos esos niños que esperan poder reencontrarse con sus padres algún día. Igual que tú. Y estoy segura de que no hay un ángel mejor, que esos niños no saben la suerte que tienen de que les puedas cuidar, porque estoy segura de que no paras de hacerlos reír y de que probablemente te lo pases mejor que ellos.
Te quiero muchísimo, mi pequeño Peter Pan. Algún día volveremos a vernos porque tú y yo jamás nos dijimos adiós, y recuerda: "Nunca digas adiós, porque adiós significa no volver, y no volver significa olvidar". Y yo sé que tu y yo no nos olvidaremos nunca.
Vuela siempre libre, vuela como sólo tú sabías hacerlo y enseña a todo aquel que lo necesite a volar, como me enseñaste a mí.


"Segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer"

miércoles, 25 de mayo de 2016

Feliz no cumpleaños

Hola mi vida, te escribo hoy porque mañana no creo que tenga ganas. Es el primer 26 de mayo que no te va a ver cumplir años. Joder, me parece jodidamente increíble que nunca vayas a cumplir 24. ¿Por qué? ¿por qué dentro de cuatro meses yo cumpliré 23 y tendremos la misma edad? Y un año después seré más mayor que tú y así hasta que me vaya haciendo vieja sin ti. Ese no era el trato, joder.
Hace un año tu cumpleaños cayó en martes, recuerdo perfectamente que yo estaba trabajando pero estaba hablando contigo, y de repente me dijiste que habías bajado al buzón y tenías una carta mía, que estabas tan nervioso que se te había caído al suelo tres veces. Estoy segura de que te la leíste tantas veces que te la aprendiste de memoria. ¿Quién me iba a decir mientras la escribía que unos meses después volvería a mi casa? Que no volverás a leerla... nunca. Ojalá pudieras porque era millones de veces más bonita que esta. Estaba llena de sueños, de planes y de ilusiones.
Mañana hace 24 años desde que nació la persona más bonita de este planeta, y quiero que sepas, estés donde estés, que fuiste y serás lo mejor que me ha pasado en la vida. Que soy quien soy gracias a ti y que no te puedes hacer una idea de todo lo que te debo y espero poder devolverte algún día, en algún planeta.
También tengo que decirte que no ha pasado un sólo día en el que haya dejado de pensar en ti o de quererte, y que sé que no podré hacerlo nunca, que tú me cambiaste la vida y que nunca pensé que se podía querer tanto a alguien como nosotros nos queríamos. Nos queremos.
Quiero que sepas que nadie jamás ha sido tan bueno conmigo como tú lo eras, que nadie me ha hecho sentir tan especial y que así desde el día en que te conocí siempre serás el amor de mis sueños. Y siempre te estaré agradecida por haber salido un tiempo de ellos para hacerlos realidad, aunque hayas tenido que volver a convertirte en eso. En sueños que necesito abrazar.
Se me rompe el corazón de pensar que mañana no te veré soplando tus velas, pidiendo tu deseo. Pero sé lo que pedirías y yo las soplaré por ti, te lo prometo.
Te juro que me es imposible explicar con las palabras todo lo que me gustaría decirte, expresarte lo mucho que te amo, que ya no puedo demostrártelo. Mañana debería ser un día feliz, debería ser un día de esos de celebración en el que parece que el mundo está contento. Desde que tengo 13 años en todas las agendas del colegio tengo puesta una foto nuestra en el 26 de mayo y un montón de corazones decorando un "cumpleaños Pequeñajo" que nunca más va a volver. Un cumpleaños que ha dejado de existir. ¿Por qué a ti? Con todas las cosas que te quedaban por hacer, por vivir... ¿por qué te han quitado la oportunidad? Joder, con la de gente mala que hay en el mundo que se merece morir, pero no tú. Es imperdonable que "alguien" haya dejado morir esos ojos, esas manos.
Ya nunca sabré la cara que tendrías cuando fueras viejo, lo mucho que me iba a gustar ver tu cabeza calva por las mañanas todos los días de mi vida. Ya nunca veré correr a nuestros hijos, ni si quiera tendré la oportunidad de conocerlos. Nunca volverás a ver el sol por las mañanas, ni la luna por las noches. No volverás a escuchar música ni volverás a besarme.
Y ya no sé como decirte que te echo de menos, que me haces una falta insoportable, que eres la única persona en el mundo que me comprendía completamente, que me conocía completamente y aun así me quería y sé que lo hubieses dado todo por mi, mi amor, y lo sé porque yo por ti también lo hubiese dado. Que tenías la puta sonrisa más perfecta que estos ojos han visto y que no volveré a ser tan feliz como la primera vez que nos besamos en la puta vida.
Que siempre serás esa cara que buscaré entre la multitud...
Y quiero darte las gracias infinitas por haber sido tan increíble, tan distinto de este mundo, por todo lo que me diste por lo que me hiciste sentir. Por convertir cualquier tontería en algo fascinante y buscar cualquier escusa para quedarte un poco más.
Daría todo lo que tengo por volver atrás en el tiempo y volver a tenerte aquí, por poderte abrazar trillones de veces más fuerte, por besarte muy despacio los labios y cogerte deprisa la mano para no volvértela a soltar.
Ojalá pudiera decirte "que cumplas muchos más" pero sé que no lo puedes hacer, que esa música no volverá a sonar para ti nunca más.
Pero joder, que me da igual dónde estés, me da igual si las almas cumplen años me da igual cuánto tiempo tenga que seguir sin ti, porque no te voy a dejar de querer y porque tengo la esperanza de que en algún momento volveremos a estar juntos y 60 años sin ti no es nada comparado con una eternidad a tu lado, Lila.
Que no sé en cuantos idiomas podría decirte lo bonito que eras y lo mucho que te amo. Y no quiero que pienses que exagero cuando te digo que eras el mejor, porque lo eras.
Feliz no cumpleaños, mi amor.
Te amo con toda la locura de aquí a Neptuno quince millones de veces.
Siempre, siempre, siempre.
Espero que mañana tengas un día AZUL.
Te quiero vida, Alioli.

lunes, 23 de mayo de 2016

Amor eterno

El amor es la fuerza natural más poderosa del mundo. Es completa y absolutamente incondicional, no entiende de razas, de diferencias de edad, de género ni de distancias. Una persona enamorada es capaz de hacer cualquier cosa por aquella a la que ama, y no hay nada en todo el universo que consiga que deje de quererla. Nada puede matar el amor, ni si quiera la muerte. Amar a alguien es darle a esa persona el poder de destruirte, porque el amor crea y destruye, pero no se destruye. Hay muchos tipos de amor, pero todos son padres de esa dulce locura que nace de la chispa del sentimiento más abstracto y maravilloso jamás conocido. El amor nos hace grandes, nos hace especiales y poderosos, nos hace invencibles y vulnerables. Y no hay nada más bonito en este mundo que tu amor sea correspondido, porque eso forja una unión única e inseparable, indestructible entre dos almas que serían capaces de todo.
Llevo más de siete meses sin sentir tu amor, más de siete meses sin poder ver esos ojos tan bonitos con luz. Pero sé que no por eso se ha muerto nuestro amor, sé que no voy a dejar de quererte aunque pasen siete años, siete siglos. Porque como ya he dicho, el amor no entiende de tiempo, no entiende de distancias, ni de vidas ni de muertes. Sólo de eternidades, de la locura de dos almas que ansían tenerse.

martes, 17 de mayo de 2016

Inmortal

Os juro que era capaz de hacer poesía con sus manos. Que no me bajó la luna porque me llevaba hasta ella con cada abrazo. Que lo que le colgaba en la muñeca no era un reloj, era su tiempo. Que supo como hacer que lo aprovecháramos cada segundo. Y que me quería más despeinada que arreglada, que me hacía soñar mientras dormía para hacerlo realidad cuando me despertaba.
Era capaz de hacerme sentir lo que debe ser atravesar las nubes, morder el sol era besar sus labios.
Os juro que tenía las manos más fuertes y bonitas con las que poder sostenerse. Que todo él estaba hecho de amor, desde los pies hasta la punta de sus orejas, desde el fémur hasta la arteria aorta. Que su sangre no era roja si no azul, y no porque fuera un príncipe, si no porque vino de Neptuno para llevarme hasta Orión. Era tan impredecible como la vida, hasta que ésta le sorprendió. Era el destino, mi destino, era mi mejor yo. Pero os juro que no se ha ido, que no me hace falta verle para quererle, para saber que de alguna manera está conmigo. Que sigue haciendo que el aire huela a él a veces, y que el mar me hable. Y hasta la estrella más pequeña me grita que no desespere, que hará que encuentre siempre la forma de no perderme. Y se hará inmortal. Lo sé, porque os juro que era de esa clase de persona que es capaz de hacer cosas maravillosas, increíbles, cosas que los demás no pueden ni si quiera imaginarse. Cosas imposibles. Así era él. Así es y así será. Siempre.

domingo, 15 de mayo de 2016

Campanas de boda

"Por fin había llegado el ansiado 15 de mayo de aquel año. Se ponía su disfraz radiante como nunca se ha visto a nadie jamás. Se veía tan guapa, tan feliz. No paraba de imaginar las pintas que llevarían todos sus invitados, sus amigos, sus familiares... pero sobretodo él. ¿De qué se habría disfrazado? conociéndole imposible adivinar. Pero seguro que también estaría increíblemente guapo, como siempre. Se miraba en el espejo terminándose de maquillar acorde con el personaje que había elegido para aquel día tan especial y no podía parar de sonreír recordando aquella noche del 2015 en la que ambos reían imaginando y planeando cómo sería su boda, una boda singular, una boda en la que quién no fuera disfrazado no podría entrar. Desde que era pequeña ella sabía que ese sería un sueño hecho realidad, y por varias razones especiales se imaginaba casándose un 15 de mayo. Primero porque mayo es un mes precioso que no termina de hacer calor pero ya se despide del frío, segundo porque el 15 es un número inimagináblemente mágico y tercero porque es el aniversario de un acontecimiento histórico a nivel nacional, sobretodo para las personas que, como ella, creen que algún día las cosas podrán cambiar y son revolucionarias de los pies al corazón. Miró el reloj, sólo faltaba poco más de una hora para que comenzara la ceremonia, así que se puso rápidamente los zapatos y salió de casa corriendo, dispuesta a cumplir una promesa. Y entonces, en mitad del camino y sin que nadie lo supiera, se encontró con él, que miraba el reloj nervioso sabiendo que sólo faltaba una hora para enlazar sus vidas oficialmente. Estaba de pie, con el disfraz más extravagante que podáis imaginaros, guapo como él solo. Según la vio acercarse empezó a reírse y se fundieron en el beso más apasionado que nadie pueda imaginarse.
- Has venido. - le dijo él.
- Me hiciste prometerte que el día que me casara te vería una hora antes pasara lo que pasara y aquí estoy.
Se miraron a los ojos y unas lágrimas de felicidad se escaparon de ellos. Es verdad, se lo hizo prometer, pero que feliz le hacía que encima la boda fuera con él. Se rieron. Que divertido.
¿Dará mala suerte ver a la novia antes de la boda si no va vestida de novia? imposible. Y menos ellos, que ya habían encontrado toda la suerte del mundo por tenerse el uno al otro. Se repitieron en voz bajita como si nadie pudiera saberlo lo mucho que se amaban y las ganas que tenían de estar siempre juntos y se fueron a casa para salir cada uno por su cuenta dirección a su propia boda.
Y fue precioso. El momento en el que se fundieron en su primer beso de casados, tiró su ramo de girasoles y empezó a sonar esa música que hacía bailar hasta las olas del mar que tenían enfrente. Había tanta felicidad en el ambiente que casi se podía coger con las manos. Le saltó encima abrazándole muy fuerte para decirle en hawaiano al oído que le amaba y entonces...
Y entonces sonó el despertador y supo que no era 15, ni si quiera mayo. Se disfrazó con la ropa más oscura que tenía y se lavó la cara, el desmaquillaje iba acorde con el personaje que le había tocado. Salió de casa sabiendo que no iba a encontrarse con él, que no iba a su boda si no a su entierro. Y supo que ya nunca podría cumplir su promesa. Supo que ya jamás se casaría."

ALOHA I'A AU OÉ-

martes, 10 de mayo de 2016

Miradas que lo dicen todo

Una vez mi abuela me dijo que en el cielo se debe de estar bien porque nadie vuelve nunca para contarlo, no sé que será eso que dan allí pero te aseguro que sería capaz de triplicarlo porque estuvieras a mi lado.
Pasan los días y aunque el dolor se acostumbra a vivir en mi no quiere marcharse. Y yo sigo echándote de menos y pensando en todas las cosas que teníamos que hacer, en todas las promesas que no podemos cumplir. Pero me acuerdo de todas las que hicimos y aunque duela no puedo evitar sonreír. Me acuerdo de las últimas conversaciones que tuvimos y estoy tan tranquila de lo mucho que nos demostrábamos todo lo que nos queríamos que no pudo quedarnos ninguna duda de que todo lo que sentimos fue tan real como que te has ido. Y algo tan insignificante como mirar la luna hace que piense en lo que te estás perdiendo. Y es que es raro, ¿no?, pensar que cuando uno se muera la luna, el sol, las estrellas, el mar, el suelo, los pocos árboles que queden y todas esas cosas seguirán aquí, en su sitio, impasibles. Espero que allí donde vayamos haya luna y música para pasar las noches, que corra la cerveza a mares y nos podamos sentar en las copas de los árboles para teorizar sobre el universo que nos rodea, sobre su tamaño infinito y eso es precisamente lo que hace que piense que en algo infinito es imposible desaparecer para siempre, y que tarde o temprano volveremos a vernos, y que se prepare el cielo porque el día que te vuelva a tener enfrente el reencuentro será épico.
Pondremos todo patas arriba y daremos la vuelta por todos los planetas que conocemos y los que nos quedan por descubrir. Sólo espero que me esperes. Que tengas las mismas ganas que yo de volver a abrazarme, besarme y fundirnos en uno. 
Todavía no me puedo creer que todo haya sido real, esos días en el hospital, las caras de tus padres cuando el médico nos dijo que te habías ido para siempre y yo sólo quería gritar, pegar a todo el mundo y enloquecer. Pero hay que mantener la compostura, intentar seguir con una vida que tú ya no puedes tener. Por ti, por ellos. Aquí sigo. Y aquí seguiré porque si después de todo no me he muerto sé que ya nada me podrá detener. 
Y a los que estéis leyendo esto necesito daros un consejo: no dejéis de mirar nunca a los ojos a todas esas personas que os importan, porque llegará un día (el menos pensado) en el que ya no podréis volver a verles con ellos abiertos. Y es imprescindible recordar el color y esa sensación que te envuelve cuando te miras reflejado en las pupilas de esa persona que tienes enfrente, y es que no te puedes imaginar cuánto pueden hablar unos ojos sin tener boca, porque no la necesitan.
Y yo jamás he visto unos ojos más bonitos que los tuyos. Eso de cruzar miradas y sonrisas al mismo tiempo, eso de saber lo que estabas pensado con sólo mirarte, con mirarme en ti. Contemplar lo que tenías dentro, un mundo entero por descubrir.
Te quiero ojos bonitos. Te quiero un martillo grande.

lunes, 9 de mayo de 2016

Descendencia

Dicen que la última imagen mental que tiene una persona antes de morir es la de sus hijos. Ojalá tu hayas tenido la de los nuestros.
Esos que ya nunca tendremos, que se fueron contigo. ¿Sabes?, hubiesen sido los niños más bonitos del puto universo.

jueves, 5 de mayo de 2016

Rocas y recuerdos

Hola mi vida, ya sé que llevo la tira sin escribirte. Estoy intentando salvar algunas asignaturas de este cuatrimestre y no me da la vida. He estado unos cuantos días con insomnio y la verdad es que lo he pasado fatal, encima lo poco que dormía tenía pesadillas y me levantaba más cansada que antes de acostarme. Este puente ha venido a verme una amiga, me hubiese encantado que la hubieses conocido, te iba a encantar. Y me ha tenido bastante distraída, la verdad (y bastante borracha, no te voy a engañar). Esta semana es la primera en más de seis meses que me he ido a dormir dos días sin haber llorado, al día siguiente creo que he llorado el doble pero por lo menos el que no me hace pensar que acabaré acostumbrándome a esta sensación. Aunque a veces necesito concentrarme en el dolor y dejarle salir, porque si no lo hago me va asfixiando y no sabes cómo aprieta. Y puedo sentarme en la orilla del mar y gritar, llorar como una loca, hablarte de todo un poco durante horas. Pero luego vuelvo a casa y me siento más ligera, como si me hubiesen quitado una mochila llena de rocas de la espalda. Que según pasan los minutos noto como se va llenando otra vez y así hasta que vuelva a vaciarla. Supongo que eso será así toda la vida, sólo que poco a poco se irá haciendo la mochila cada vez más grande (o las rocas cada vez más pequeñas) y tardaré más en vaciarla.
Todo el mundo dice que este año es un año malo, que es un año duro por todo lo que ha pasado, que es un año raro y que hay que dejar que el tiempo pase. Pero yo en el fondo sé que no es este año, que ya nada volverá a ser como antes, nunca.
Nunca podré hacer algo tan simple como medirte la espalda con mis labios o saber cuántos lunares tengo porque te empeñaste en querer contármelos. Pero no lo hiciste y ya no sabré el número exacto.
Seis meses y pico es más de medio año, más de medio año sin olerte, ¿sabes lo que supone eso? más de medio año sin escuchar tu voz. Me mata pensarlo. Y en realidad la técnica es esa, intentar no pensar, no recordar cómo me sentía cuando te tenía a mi lado, cuando te podía tocar. Pero me da pánico que se me olvide y a veces me esfuerzo por volver a esa situación, por meterme dentro de mis propios recuerdos, perderme en mi propia mente buscándote. Y cuando consigo sentirme como entonces, duele tanto el saber que no podremos generar nuevos recuerdos que me quema el alma. Y entonces pienso que mi mente quiere olvidarlos para no sufrir, pero mi corazón no quiere perderlos porque son lo más preciado que guardará en su vida.
Y ahora aquí estoy, escuchando llover, acordándome de lo guapo que estabas bajo el paraguas, de lo bien que encajaba tu voz con el compás de las gotas de agua mojándonos los pies. Y te vuelvo a echar de menos.
Mi principal problema es que me sigo durmiendo imaginándome mi vida junto a ti, en todo lo que haríamos, en cómo sería si estuvieras aquí.
Poder compartir contigo dónde vivo, decirte que al final lo conseguí. Que poco a poco estaba empezando a cumplir todos mis sueños desde que apareciste tú. Joder, que contento te ibas a poner. Te imagino con esa sonrisa preciosa de oreja a oreja, con tu risilla nerviosa. Cómo la echo de menos. Casi tanto como a ti. Ojalá puedas vernos, ojalá oigas cada palabra que te digo, cada cosa que digo de ti. Ojalá me veas sonreír a veces cuando me acuerdo de alguna gilipollez de las nuestras, esas que me hacían tan infinitamente feliz.
Ojalá pudiera saber que estás aquí.
Pero volveremos a vernos, lo sé porque te prometo que el día que me muera te buscaré hasta en el infierno.
Te quiero mi vida, te azuleo martillo grande.
Alioli amor