martes, 22 de noviembre de 2016

"Contigo a bordo mi viaje no es trayecto si no destino"

Y como el humo de tres inciensos que se queman inundó el ambiente con su presencia. Nadie podía verle pero de alguna manera sabían que estaba allí. Iluminándolo todo con la estraña luz de una puesta de sol en una de las playas más bonitas del planeta. Y le respiraron, durante todo el viaje le respiraron. Su cuerpo nunca estaría allí pero ellas habían conseguido llevarle. O al menos eso desearon con toda la fuerza con la que dieron cada paso y escalaron cada roca.
13 meses y todavía me dura este síndrome de abstinencia.
Te azuleo mi amor.


sábado, 19 de noviembre de 2016

En un rincón del mundo

No comprendía por qué no terminaba de sentirme a gusto en ningun sitio, por qué sentía que no terminaba de encajar en ninguna parte, y entonces me di cuenta de que quería estar en todas. De que yo también quiero ser como tú, una eterna viajera, y que a partir de ahora no pienso parar hasta recorrerme el mundo. Que ese será mi más poderoso objetivo y motivación en adelante. Y es que no te imaginas lo que ayuda estar tan lejos, ver paisajes que jamás imaginaste que disfrutarías y conocer gente a la que jamás volverás a ver pero que te llena de energía y comparte contigo un pedazo de su vida. Y es complicado porque también me di cuenta de que por muy lejos que me vaya todo lo que ha pasado se viene conmigo, porque viaja en mi, el dolor también es mochilero. Pero tú también lo haces y por una parte es bueno pero por otra es triste. Aunque hace que me de cuenta de lo afortunada que soy por seguir viva y poder disfrutar de algo tan simple como un atardecer en la playa. De poder sentir una lluvia tropical calándome hasta los huesos y quejarme del dolor de pies después de andar por una montaña durante kilómetros. Y me dan unas ganas locas de disfrutarlo por los dos. Porque tú ya no puedes y porque yo aún sigo viva. Pero tendrías que ver esto Vida, ayy si estuvieras aquí... esto es una puta pasada, en serio. Te encantaría. Te hubiese encantado venir. Venir de verdad, con tus propios huesos, tus pies, tus ojos. No a través de mi, de los míos. Pero no pudo ser y a veces no puedo evitar acordarme fuerte de ti, mirar hacia el mar y seguir preguntándome cómo pudo pasar. Cómo dejaste de existir así, si de verdad fuiste real. Y de nuevo pasó otro mes y me pregunto si alguna vez conseguiré encontrar del todo paz. Contigo, sí. Pero sobretodo conmigo misma. Quizás algún día la encuentre, no dejaré un solo rincón de este mundo sin buscar. Y quizás, y sólo quizás, algun día pueda convivir agusto con esta falta y con esta angustia. Quizás algun día los aviones vuelen más rápido que estas ganas de seguir echándote de menos. Y quizás algun día pueda recordarte sin que el corazón me duela. Eras lo más grande, mi amor. Y aunque ya de nada sirva que te lo diga, aunque ya ni si quiera puedas leer esto jamás, lo necesito. Necesito que sepas que contigo me sentía en casa. Daba igual dónde, daba igual cuándo. Tú eras mi hogar, mi muralla china, mi galaxia particular. Eras todas las partes en las que quería estar. Todas y la única.
Ojalá lo supieras.
Te azuleo pequeño viajero. Sigue mis pasos y vente conmigo.
Siempre Lila. Ya lo sabes.
Alioli

domingo, 6 de noviembre de 2016

Naufrágio

Daría lo que fuera por poder sumergirme una vez más en el mar que desbordaban tus ojos. Por mezclarme con la línea del horizonte que separa el infinito del mar. Daría lo que fuera por ahogarme en algo más que en la espuma de mi cerveza, por haberme podido convertir en tu salvavidas. Daría lo que fuera por despertarme en medio de la isla desierta que eran tus manos, porque hubiesemos paseado juntos por esas playas paradisíacas. Daría todo por atrapar los peces de colores, por no diferenciar el azul del cielo con el del mar. Por verte desnudo rebozándote en la arena. Tu piel morena tostándose al sol. Daría lo que fuera por ir a la deriva del barco de tu sonrisa, porque me volvieras a atrapar en tu red. Daría lo que fuera porque me hicieras el boca a boca, por bucear en el óceano que se lleva las almas, por hacernos los vivos sobre las olas de la marea. Daría lo que fuera porque volvieras, por mandar señales de humo rezando porque nadie las viera. Escribirte mensajes de amor en la orilla y ver los amaneceres bajo las palmeras. Daría lo que fuera porque nos salieran escamas, colas de sirena. Por recorrer el mundo nadando a favor de la tempestad, por volver a ser tu calma. Daría lo que fuera por naufragar en la orilla de tus costillas, esas que siempre se me clavaban, esas que me hacían flotar. Ser el reflejo del sol en el mar.

jueves, 3 de noviembre de 2016

Llevarte siempre conmigo

Hola mi chico,
Cuánto tiempo sin pasarme por aquí. Ya sabes que he estado super liada preparando el viaje, la visita sorpresa de mi hermano y por supuesto de tus amigos. Estuvimos en la cala aquella de arena blanca tan chula a la que fuimos el verano pasado. Y era raro pensar que ellos estaban ahora allí y tu ya no. La verdad es que me lo he pasado genial y creo que ellos repetirán también, joder si es que son un amor. Cerveza fría, playa, buena compañía y alguna que otra ida de olla. En realidad sólo faltabas tú. Y es que aunque cueste cada día parece que estás un poquito más lejos y es triste. Y no me termino de encontrar, hago muchas tonterías y a veces creo que se me ha ido la cabeza ya del todo pero no lo puedo remediar. Y eso no significa que no te quiero, al contrario. Creo que es verdad que algún día podré llegar a superar todo lo que ha pasado pero no veo el día en el que vuelva a ser yo. Porque esto me ha cambiado tanto... lo ha cambiado todo. También creo que me va a venir genial marcharme de aquí un tiempo, ver sitios nuevos y estar completamente desconectada de todo. Aprender otro idioma, conocer gente e improvisar. 20 días viviendo una aventura que me jode no poder contarte a la vuelta pero que espero que me ayude para, de una vez, resetearme ya. Porque lo necesito, amor.
Ojalá vengas conmigo, ojalá puedas sentir mi ilusión y esa sensación de ser el rey del mundo cuando llegas a un sitio nuevo, precioso. Esa magia que te transmite. Ojalá la sientas. Porque hay cosas que no se ven con los ojos si no con el corazón. Y a ver si perdiéndome al final consigo encontrarme, encontrarte en mi y quedarme más tranquila.
Es inevitable seguir acordándome de ti con cada canción, con cada gilipollez. Sigo estremeciéndome cuando te miro en las fotos, tan sonriente, tus ojos abiertos. Tus ojos abiertos. Que importancia tienen los ojos, no lo imaginas.
Te habrás echado unas risas si nos has visto a toda la tropa en casa de tu prima, que como ella dice al final preferímos que no nos veas para que no sufras, pero joder a veces es casi como si estuvieras. Aunque nunca volverás a estar del todo, a estar completo.
Te sigo echando de menos y eso es algo que creo que no cambiará nunca, aunque me acostumbre a vivir con ello, aunque haya quien no lo entienda nunca. La relación tan especial que teníamos, lo muchísimo que nos queremos.
Y tú, ¿cómo estás tú? Nunca me hablas de ti. ¿Es bonito el cielo?, ¿se ve igual de azul por allí? Espero que sí. Y que me estés esperando contando los besos que tienes que ir sumando a la deuda que me dejaste aquí.
Te amo, Lila. Y de alguna manera, siempre te amaré.