lunes, 29 de febrero de 2016

Buenos días pelirroja

Despiértame ya vida, que ya me he cansado de vivir en esta pesadilla. Quiero que me mires desde la cama y me digas eso de "despiértate ya pelirroja" y yo abrir mis ojos, ser consciente durante una milésima de segundo de que es real y saltarte encima sin mediar palabra. Sin importar el día ni la hora que sea para empezar a vivir a tu lado. Para construir esa realidad en la que me prometiste que viviríamos. La que tantas noches soñé y tantos días me pasé imaginando.
Antes sólo había una cosa en el mundo mejor que soñar contigo y era que soñásemos juntos. Que compartiésemos los mismos sueños, las mismas ganas de hacerlos realidad.
Nada me podría hacer tan feliz en el mundo como algo tan sencillo como tus buenos días mañana por la mañana. Porque no serían buenos, serían los mejores.

domingo, 28 de febrero de 2016

Amnesia

Por favor vida, no permitas que se me olvide tu voz, que se me borre tu cara. Que tengo que esforzarme por acordarme del tacto de tus manos, del sonido de tu risa, del color de tus ojos. Después de esto lo peor que podía pasarme sería olvidarme de todo esto, de lo que fuiste, de quién eras. De lo que era yo cuando estaba contigo.
Otro eterno y maldito día de mierda que no puedo compartir contigo. Y así cada vez que me entra el sol por la persiana y me despierta. Ojalá pudieras quitarme esta sensación de angustia que tengo a todas horas, nunca me había dado cuenta de  hasta que punto eras imprescindible en mi vida. Me he quedado sola sin ti. No hay nadie al que le importe tanto como te importaba a ti, nadie que esté tan pendiente de mi como lo estabas tú, que se preocupe tanto, que me de todo su apoyo. Y lo mismo me pasa a mí, que ya no tengo de quien preocuparme. Sé que debería pensar en mi y sólo en mí, porque esto me ha enseñado que al final en la vida estamos completamente solos, solos con nosotros mismos. Pero es que yo no me sé cuidar sola, es que yo necesitaba que estuvieras conmigo, que me enseñaras a quererme tanto como tú me querías. No me puedo creer que me hayas dejado, que te hayas marchado de verdad. ¿De verdad no voy a volver a verte?. Joder, ojalá supiera dónde estás que me pasaría la vida buscándote. Que no puedo dormir porque no te encuentro abrazándome.
Siguen pasando los días, pasan los meses y no puedo despertarme de esta pesadilla. Hay veces que pienso que estoy mejor pero... es sólo porque intento no pensar en ti. Y aunque a veces lo intento con todas mis fuerzas para intentar sobrevivir, no puedo dejar de echarte de menos. No puedo dejar de pensar en cada instante que te tuve entre mis dedos y no consigo entender porqué te he dejado escapar, porqué ya no estás a mi lado.
De nada sirve pedir deseos si lo que más deseas en el mundo es imposible que vuelva a ti.
"Nada es imposible" decían, excepto traerte de nuevo aquí. Yo quiero estar contigo, joder. Me da igual todo lo demás, sólo quiero estar contigo. ¿Por qué me has dejado aquí? No lo soporto más. Ya no tengo ganas de hacer nada, no tengo ilusión, no tengo planes, no tengo decisiones que tomar porque mi decisión es no hacer nada. No hay nada que me calme estas ganas de ti. Nada que me alivie por haberte perdido.
Si estás aquí búscame, por favor. No te canses de intentar mandarme señales, de meterte en mis sueños. Necesito verte, necesito saber que de alguna manera sigues aquí, que no me has dejado así.
Vuelve por favor. Lo que más deseo en el mundo es que vuelvas.
Que no puedo quererte más fuerte.
Que te amo mi amor. Hasta Neptuno ida y vuelta quince millones de veces.
Alioli vida.
Siempre en mí.

viernes, 26 de febrero de 2016

Muerte y vida, vida y muerte

A veces me pregunto qué se siente cuando se está muerto. Porque estar vivo es una sensación tan extraña... pero, ¿qué es la vida en realidad?, ¿ausencia de muerte?, ¿acaso es la muerte la ausencia de vida?. No sabemos nada de la vida, de la muerte menos. La única constancia que tenemos de la muerte es un cuerpo muerto, un cuerpo sin vida. ¿Un cuerpo vivo es un cuerpo sin muerte?. Pero ¿acaso somos sólo cuerpo?, ¿qué es lo que pasa con la mente, con el alma, con los sentimientos, gustos y placeres del cuerpo con vida?, ¿también se mueren, o quizás se transforman?. ¿La muerte dolerá tanto como la vida?, ¿podrá la vida sentir el mismo amor cuando se muera?. ¿Alguien sabe en realidad en qué consiste la vida? No es lo mismo vivir que estar vivo, pero... ¿es lo mismo morir que estar muerto?. Si los vivos podemos amar a los muertos, ¿podrán los muertos amarnos a los vivos?. ¿Serán muerte y vida complementarias o formarán parte de un continuo?. Si la vida se transforma en muerte, ¿se transformará la muerte en vida?. ¿Le tendrá el mismo miedo a la vida que ésta a la muerte?. ¿O estará enamorada de la vida?. ¿Tendrá la muerte las respuestas que no puede darme la vida?, ¿sabrá la vida que tengo en el corazón parte de muerte?.
Y tú que ahora eres muerte... ¿tendrás en el tuyo parte de vida?

miércoles, 24 de febrero de 2016

Un golpe de suerte

¿Sabes? Lo he estado pensando y me he dado cuenta de que toda mi vida ha sido un desastre desde ese crucero, y creo que he descubierto porqué.
Estoy segura de que toda la buena suerte que cada persona guarda para toda su vida yo la gasté el día que te conocí, porque (y aunque tuve que esperar muchos años) me hiciste la persona más feliz del puto planeta. Y te juro que aunque no vuelva a tener suerte en la vida (de la buena, quiero decir) ha merecido completa e infinitamente la pena y la volvería a apostar toda a ese día si volviera a conocerte. Aunque nada me vuelva a ir bien nunca, te tuve conmigo, conseguí que me quisieras con esa locura que sólo tú y yo conocemos y no hay más suerte que esa, fue una suerte insuperable.
Ese día me cambió la vida completamente, aunque en ese instante ni si quiera lo sabía, pero hoy estoy dónde estoy y con quien estoy gracias a ese día, a ese viaje. La suerte de coincidir en un barco que aunque surcaba hacía otros países me llevaba a otro planeta. Y sólo eramos unos mocosos en plena edad del pavo haciéndo el imbécil para arriba y para abajo. Y ya ves, nueve años después aquí estoy, muriéndome de pena de lo fuerte que es echarte de menos porque has desaparecido de la faz de La Tierra. Es que es jodidamente surrealista lo mires por dónde lo mires. Hace poco más de cuatro meses éramos las personas más enamoradas del mundo, las que más se querían, las que más felices se hacían, las que mejor encajaban, era perfecto. Era jodidamente perfecto estar contigo. Y en cuestión de segundos en el momento menos pensado... ¡¡¡PUM!!! A la mierda todo. Cómo si lo hubiera soñado, cómo si nunca se hubiese hecho realidad como lo hizo.
Pero lo fue, lo vívimos y lo disfrutamos a unos niveles sobrehumanos. Así que tengo que estar eternamente agradecida a mi buena suerte por empeñarse en conocerte aquel día, toda la vida cuestionándola y quejándome de su ausencia y gracias a ella he conocido y me ha querido con todo su ser la persona más bonita y especial que ha existido y existirá jamás. Así que gracias a ella y a la tuya por montar en ese barco y no en cualquier otro. Aunque sea una desgraciada toda mi vida... no cambio mi buena suerte por nada.
Te quiero mi amor.
15 millones de besos azules.

lunes, 22 de febrero de 2016

Luna llena

¿Te has fijado en lo preciosa que está la luna hoy? Siempre te decía lo enamorada que estoy de ella, y tú siempre me decías lo enamorado que estabas de las dos.
Me encantaría que te pudieras sentar esta noche conmigo para hablar de lo bonitas que son las estrellas sin tener que pensar que ahora eres una más entre ellas. Pero sé que desde luego si eres una estrella, sin duda eres la más especial y hermosa de todo el universo.
Yo antes siempre decía que cuando me muera quería convertirme en una de ellas, en la más brillante, para que todos pudieran seguir viéndome brillar cada noche. Ahora si me muero quiero irme a vivir a la estrella en la que te hayas convertido, en la que lleve tu nombre.
Hace cuatro meses se me partió el corazón en más de mil pedazos, y los metí todos en tu ataúd.
Estoy segura de que no se puede sentir más dolor del que yo llevo dentro, por eso sé que nada me podrá doler más que esto, por eso sé que ya no me dolerá nada nunca.
No paro de preguntarme ¿por qué a ti?, ¿a nosotros?, ¿por qué a tus padres, a tus amigos, a tu familia?. ¿Por qué tú?. ¿Por qué no dentro de 50 años?. Supongo que nunca encontraré las respuestas. Igual que nunca me encontraré a mi. Estoy tan perdida... no puedes ni imaginártelo. Me siento tan vacía, tan absurda... pero sola no. Sé que ya nunca volveré a estar sola. Que vaya donde vaya te llevaré en mi, conmigo. Que ya no tengo que temer a nada ni a nadie.
Cuántas veces soñamos juntos con hallar la fórmula para inventar una máquina transportadora que nos llevara a cualquier parte del mundo en segundos, para estar juntos en cualquier lugar, en cualquier momento. Y ahora quiero pensar que tú puedes hacerlo, que puedes viajar a cualquier parte en milésimas, totalmente gratis.
Me decías que si la inventásemos me llevarías a vivir a la luna, que sólo vajaríamos a La Tierra para coger provisiones y después volveríamos para querernos sin gravedad todos los días y las noches de nuestras vidas. Los dos sólos, porque no necesitábamos nada más.
Eres la persona más valiente que he conocido, ¿sabes?. Yo no tuve valor para hacer ni para decir muchas cosas que pensaba y que sentía y te pido perdón.
Gracias una vez más por haber existido, por todo lo que me has enseñado.
Hoy me he puesto la chaqueta blanca que estrené en la feria, esa misma noche te la pusiste y me la manchaste entera de esos mejillones que te comiste medio escondido en el coche para no tener que compartirlos a esas horas de la madrugada y yo me partía de risa de lo único que eras. "Esto en cuanto lo laves se quita" me dijiste para que no te echara la bronca. Pero no se quitó, y menos mal. Me la pongo muchísimas veces y me da absolutamente igual ir por la vida con mi lamparón gigante en mitad de la chaqueta. Porque es una prueba irrefutable de que realmente exististe, y eso me encanta.
Ojalá esta noche sueñe contigo en esa luna.
Te amo mi vida.


Azules noches.

IV

No pienses ni por un segundo que me he olvidado de ti, es sólo que estos días parece un poco más difícil encontrar las palabras que definan lo que siento cuando me doy cuenta de que otro mes entero voló de mi vida sin ti, emigrando a otro planeta.
Da tanta pena recordar todo lo que hemos pasado, el saber que no volveré a compartir nada contigo, duele mucho.
Que ya no te encontraré casualmente paseando por la calle un día, ni tomándote una cerveza en ese bar, jugándo a los dardos, bailando en ese local. Ya no tendré tus buenos días, ni si quiera los malos. Ya no te quedan días que dar.
Me paso el mes esperando que alguien le borre los 18 y 22, para dejar de contar el tiempo que ha pasado, la falta que me has hecho, que me sigues haciendo. No quiero ni pensar que seguramente ni si quiera leeras todo esto, aunque sinceramente pienso que lo harás cada vez que te escribo, me imagino la cara que pondrás, lo que pensarás, lo que sentirás... porque duele demasiado pensar que simplemente dejaste de funcionar, que te has apagado y ya esta, tus células murieron y te llevaron consigo. Prefiero pensar que estás a años luz de toda esta mierda antes que saber que has dejado de serlo todo para ser nada.
Te sigo echando de menos cada minuto agonizante del reloj.
Si pudiera preguntarte algo sería que si estás bien, si todavía me quieres y, sobretodo, si volverémos a vernos. Porque lo deseo con todas mis fuerzas, volver a verte, perderme en tus ojos y encontrarme en tu boca.
Te quiero, te quiero y te quiero. Como hace cuatro meses o incluso más. Cómo te seguiré queriendo mañana.
Te necesito, joder.
Te amo, te amo, te amo.
Azules días independientemente de la mierda de fecha que es hoy.
Alioli mi amor

jueves, 18 de febrero de 2016

Atrapada en esta vida

No puedes imaginar lo que significa volverse claustrofóbica, sentirte atrapada en tu propio cuerpo, querer huir y no tener a dónde. Ojalá pudiera huir de este mundo, de estos días, de estos meses. Huir del tiempo, del daño, incluso de la gente.
Todos los días intento resolver la estúpida encrucijada que me haga comprender dónde cometió el error la vida aquella tarde, hace cuatro meses, cuando te dejó caer de sus brazos y te rompiste en mil pedazos, frágil como un cristal, como todo mi ser, que ni si quiera se cayó, le bastaron cuatro palabras para estallarme en el pecho y atravesarme por todas partes, matándome de dolor.
¿Cómo es posible pensar que es real? Que se acabó, que nuestra historia se acabó, que te he perdido para siempre y ni si quiera te pude decir adiós.
A estas alturas todo tendría que ser tan diferente... tendría que ser genial, sencillamente genial. ¿Por qué no lo es? ¿Por qué a nosotros, joder, porqué a ti? Daría lo que no tengo por volver a sentir tu abrazo otra vez, otra última vez.
Es tan difícil... me sentía Dios a tu lado, me sentía tan grande, tan fuerte, tan invencible, me sentía valiente, poderosa, me sentía inmortal. Que mierda de inmortalidad la nuestra. Sabes que te voy a querer siempre, en todas mis vidas, pase lo que pase y hasta el final. Que odio a la vida, odio al mundo, odio todo, lo odio, odio tener que vivir sin ti, mierda, joder. Es el peor castigo que me podían poner. Eras lo mejor, lo mejor que he tenido en mi puta vida. Me siento tan incompleta... tan encerrada en este dolor...
Ojalá pudiera desgarrarme la garganta chillando, llamándote a gritos, rogándote que vuelvas, que vuelvas por favor, que no te imaginas cuánto te necesito.
Cada detalle me recuerda a ti y es tan difícil avanzar... ya no tengo equilibrio sin ti.
Tu me hacías girar, movías mi mundo a toda velocidad, me descontrolabas el corazón, me hacías volar, vivir en un sueño día tras día, soñar viviendo cada noche.
No sabes cómo echo de menos esa sensación de adrenalina subiéndome por el estómago cada vez que tenía un mensaje tuyo, cada vez que estábamos a punto de vernos. Esos nervios tontos, esas mariposas que parece que te van a levantar del suelo, el hormigueo en las manos, comernos a besos en cada reencuentro, matarnos a abrazos en cada despedida. Y me tiraba dos meses sin verte y me parecía una eternidad, no me quiero imaginar cómo será el resto de mi vida, sabiendo que podía haber sido NUESTRA.
Ya son cuatro meses sin saber de ti, cuatro meses sin verte, cuatro meses con el corazón herido de muerte. Y parece que fue ayer la última vez que te escuché respirar. Cuatro meses que parecen una eternidad y que a la vez es tan insuficiente para sanar el dolor que ha dejado un amor tan inmenso... tan inmenso como el nuestro, que yo llegué a creer que no tendría fin, que no acabaría nunca. Pensaba que era lo más duro y fuerte que podía existir en el mundo, que habíamos creado juntos. Hasta que se nos rompió en las manos y nos cortó los sueños.
Hoy hace cuatro meses que entraste en ese sueño profundo del que no te despertaste. Ojalá puedas tú al menos soñar cosas bonitas, tener la mente tranquila, la conciencia calmada. Ojalá tu corazón de verdad no sufra, que no extrañe. No hay mayor dolor que echar de menos a alguien, a ese alguien.
Mi Lila, mi bichito azul, mi pequeñajo, mi vida... que raro se me hace llamarte últimamente por tu nombre cuando hablo de ti, ese nombre que sólo mencionaba cuando estaba realmente enfadada contigo. Cómo echo de menos nuestras discusiones. ¿Te acuerdas la primera vez que me enfadé contigo? Fue porque me pegaste tal bocado en la espalda que me mataste de dolor, me salió un moratón más grande que un castillo y todavía me decías que no me habías mordido fuerte. ¡Pero serías desgraciado! Si me dolió el hombro una semana entera que no podía ni levantarlo. Te juro que si volvieras te dejaría morderme todo lo que quisieras, hasta hacerme sangre, hasta arrancarme el cacho.
Te echo de menos mi amor, todos y cada uno de los días que respiro sin ti. Que sobrevivo sin tu amor.
Te azuleo chico guapo.
Alioli.

miércoles, 17 de febrero de 2016

El alma a besos

Lo que daría porque estuvieras aquí, echándome la bronca por haber suspendido todos los exámenes, con esa cara que siempre me ponías, resoplando, amenazándome con no venir a verme (aún los dos sabiendo que igualmente vendrías), escucharte decir eso de: "¡acho, vida!" cuando estabas enfadado.
Que me abrazaras por detrás y me besaras el cuello, entrelazando nuestras manos. Que me respirases en el oído, me dijeras tres veces 'te quiero' muy bajito, besarte despacito en los labios.
Joder, te juro que nunca llegué a imaginar que se podía echar tantísimo de menos a alguien. Que fuera tan difícil vivir sin ese amor que te daba la fuerza para todo. Eso de querernos tanto, a todas horas. 'Cuando respiras te quiero' mi frase favorita de esa canción de Lagarto Amarillo que no paraba de cantarte a todas horas la primera vez que viniste a verme, esa canción que también nos habían escrito a caso hecho. Es mi canción favorita de ese grupo, habla tanto de ti... como si de verdad te conociera. Antes la escuchaba todos los días y me encantaba recordar tu cara, siempre sonreía porque me hacía tan feliz que me hicieras tan feliz. Ahora cuando la escucho lloro. Me duele escucharla, la verdad. Ya no te puedo querer cada vez que respiras, porque has dejado de respirar. Pero yo sigo aquí, inhalando y exhalando instintivamente sin que nadie como tú me quiera ya. Sin querer que nadie vuelva a quererme. Ya no puedes besarme en la boca, pero ojalá de alguna manera puedas seguir besándome el alma y curándomela a besos.
Ojalá sea verdad que somos energía, que ni se crea ni se destruya, que sólo se transforme, y así algún día pueda transformarme contigo en lo que sea que eres.
17 de febrero mi amor... a estas alturas todo sería tan jodidamente diferente... hubiésemos hecho ya tantas cosas juntos, tantos planes, nos hubiésemos dado tantos besos, dormido tan abrazados, soñado tan juntos... nos hubiésemos escrito tantas cartas, hecho tantos dibujos, nos hubiésemos recorrido tantos kilómetros, cantado tantas canciones, bailado en la ducha, comido juntos. Tantas películas en el cine, en el sofá, en la cama y hasta en el coche.
Pero en vez de eso, mañana volverá a ser otro escalofriante 18 que me recuerde lo frágil que es la vida, lo estúpida que puede ser la muerte. Lo fácil que cambia todo en menos de un minuto. Pero todo. Sobretodo el futuro, que cambia de color y pasa de azul a negro en cuestión de segundos. Y así se queda. Y no creo que vuelva a ser azul en todo lo que le queda. Será negro, y poco a poco se irá volviendo gris. Y encima tendré que estar agradecida cuando sea gris, porque no dolerá tanto.
A veces intento recordar cómo me sentía hace exactamente cuatro meses cuando era feliz, cómo era ese sentimiento de felicidad, de tranquilidad, de ilusión. No consigo recordar lo que era no tener esta presión, esta ansiedad, este dolor desde el primer instante en el que me levanto e incluso en sueños. Se me aferra al pecho y duele cada vez que mi corazón intenta latir. Ojalá pudiera descansar un minuto de eso, olvidarme de lo que es sufrir, pero no puedo. Tendría que olvidarte para eso, y me niego. Aunque duela el resto de mi vida, no puedo olvidar un sólo segundo contigo, no merece la pena una vida sin ti. Y aunque ya te he perdido te tuve aquí, metido en mi cama y eso no lo cambio por nada. Por nada.
Que sigo aquí, vida. Echándote de menos como a nadie y como nunca. Queriéndote más que ayer pero menos que mañana.
Te amo, te amo, te amo.
Alioli Azul.



lunes, 15 de febrero de 2016

Calendario

Cuántos 15 de febrero me quedan por pasar sin escuchar tu aliento. Cuántos 18 de marzo me recordarán el miedo que me invadió aquel día, aquella tarde. Cuántos 22 de abril contando meses desde el instante en el que oí tu corazón latir por última vez. Cuántos 26 de mayo que ya no celebrarán otro cumpleaños en tus ojos, en tus labios. Cuántos 30 de junio sin ese beso, cuántos 13 de julio sin verte, el mar. Cuántos 15 de agosto que vas a faltar. Los 27 de septiembre sin bailar. Cuántos otoños nos quedan por llorar, cuántos inviernos por derretir, cuántas primaveras sin alterar. Todos los veranos serán sin ti. Las navidades, las vacaciones, las procesiones de Semana Santa. Los disfraces, los carnavales, los cumpleaños, aniversarios, los viajes en coche, las noches en vela, las lluvias de estrellas, cantar. Los atardeceres en cualquier lugar, tu reflejo en el espejo, verte al despertar. Los abrazos de los reencuentros, los de las despedidas, los besos a ciegas, soñar.
Planeamos una eterna vida juntos que me cargaba cada día el alma de ilusión, que me hacía soñar y me envolvía de felicidad. Me encantaba despertar en esa realidad en la que formabas parte tú, en la que todo giraba en torno a ti, en torno a mí, a nuestro despertar. A nuestro sueño real, tantas ganas de vivir. Creímos tener el don de la inmortalidad, de disponer de cientos y cientos de años para vivir todo tipo de experiencias, para querernos en todos los idiomas del mundo, para darnos todos esos besos que nos debemos.
Ojalá hubiera sabido que nuestros "para siempre" tenían fecha de caducidad, que en realidad las promesas no las cumpliríamos jamás. Ojalá hubiera sabido el tiempo real que me quedaba para estar contigo, para abrazarte, para exprimirte a abrazos. Para besarte hasta desgastarte los labios, acariciarte hasta borrarte la piel. 
No puedo creerme que a estas alturas seas un puñado de carne podrida y todos tus huesitos metidos en esa caja... y yo aquí, comiendo chocolate y viendo todo ese maratón de películas que, supuestamente, ibas a ver conmigo. Te echa de menos mi cama.
Un 15 de febrero que podía haber sido más bonito que todos los absurdos 'San Valentines' juntos. Pero no lo ha sido. No lo será. Te quiero, ¿te lo había dicho?
Posdata: mañana estás invitado a las cervezas, por si se te ocurre pasarte por allí y vernos juntas.

Me prometiste muchas cosas pero me has fallado, tú, que eras la persona en la que más confiaba de todo el jodido mundo. Y necesito creer en ti, por eso sólo quiero pedirte una cosa, la última promesa...


TE AMO.

domingo, 14 de febrero de 2016

Ojalá lo sepas

Ojalá pudieras si quiera suponer lo muchísimo que te echo de menos. Toda la falta que me haces, lo que significa y supone para mi tener que vivir sin ti a partir de ahora y por el resto de mis días, que no se cuántos días serán pero seguro que muchos. Lo que es levantarse cada mañana sin ganas de vivir, sin una motivación, sin planes de futuro lo suficientemente convincentes como para tener la certeza de que voy a ser feliz en el futuro. Ya no soy feliz, no lo seré nunca. Una vez lo fui, fue la primera vez que me besaste en los labios. La primera vez que te supliqué que me hicieras el amor, la primera vez que me dijiste "te amo". Nunca he sido tan feliz como cuando me miraste a los ojos y me enseñaste todo el amor que tenías guardado para mi de todos estos años, todos los besos que se escondían en tus labios, los abrazos, las caricias en tus manos, las sonrisas, las ganas de vivir. No se cómo seguir sin ti, me parece tan jodidamente imposible que me parece un puto logro cada vez que me levanto de la cama y me pongo a caminar, esperando y deseando que se acabe el día aunque no haya hecho más que empezar. Me faltas en cada segundo, en cada paisaje, en cada experiencia.
Estuve muchos años esperando a que fuera nuestro momento, ese en el que pudieramos estar juntos para hacernos felices para siempre. Y cuando por fin, y después de todo, llegó, te marchas de este mundo, así, sin más. Sin decirme si quiera adiós. Me dijiste 'alioli' y me colgaste como si no fuera la última vez que oía tu voz. Pero lo fue. Y creo que jamás podré perdonártelo, porque jamás podré llenar este agujero tan grande que se ha quedado en mi corazón.
Otro día perdido sin ti que tendría que haber pasado contigo, a tu lado, comiéndote a besos cada segundo, susurrándote lo mucho que te amo, la falta que me haces, la ausencia que dejas si te vas.
Éramos tu y yo contra el mundo, tu y yo para comérnoslo, para hacerle el amor. Éramos tu y yo, pero ya soy sólo yo.
Te quiero, y aunque quizás nunca puedas saberlo te amo, estaba y estoy enamorada de ti hasta las trancas, hasta el último milímetro de mi ser te amaba y te ama, por haber sido único, por haber sido el mejor.
Hasta Neptuno, nuestro planeta azul.

viernes, 12 de febrero de 2016

Días de lluvia

Desde aquel día no paró de llover en sus ojos, en las comisuras de sus sonrisas frías, entre los dedos de sus manos. Llovió tanto que se le inundó el estómago y se ahogaron todas las mariposas que le habían dado alas y hecho sentir viva durante tanto tiempo. Llovió tanto que naufragó su alma, sus costillas flotaban y su corazón lloraba, sin saber nadar.
Llovió hacia arriba y le mojó el cerebro, electrocutando cada recuerdo, cada pensamiento, cada promesa incumplida que trataba de subirse a cualquier cosa que flotara para no hundirse. Y así siguió, lloviendo dentro de ella, lloviendo fuera. A veces conseguía que sólo chispease, lo malo era cuando caían chuzos de punta y le iban erosionando la cara, dejando surcos en su piel, surcos salados.
No volvió a tener sed, le sobraba el agua, jamás podría morir deshidratada y lo sabía.
Llovió cada día, cada instante. Y ella no era de llevar paraguas, porque siempre los perdía. Así que siguió mojándose, aprendió a vivir empapada. Calada hasta los huesos, literalmente. Esperando que algún día el sol se abriese paso entre las nubes y poco a poco empezara a calentarla, a secarla.
Miró por la ventana la calle encharcada y el agua que caía a cántaros inundando las aceras y corriendo hacia cualquier alcantarilla para desbordarla. Igual que el día del accidente. Se puso sus botas y salió a fuera dejando que la lluvia la envolviera, la absorbiera. Y se sintió parte de ella. Se sintió lluvia y empezó a llover.


miércoles, 10 de febrero de 2016

Mariposas en las manos y el cielo en el estómago

Hoy te quiero dejar nuestra canción favorita, cada vez que la escucho me acuerdo del último fin de semana cuando volvíamos a casa en el coche y te dije que era la canción que más me recordaba a ti del mundo entero. La volví a poner y te la canté entera. "Pero esta canción... ¿nos la han hecho a caso hecho?" me dijiste sonriendo. Porque ME ENCANTA. Ojalá la puedas seguir escuchando conmigo allí donde estés. Siempre, pase lo que pase. Siempre será mi favorita. Te amo muchísimo, mi amor.


"Sonrío cada vez que lo recuerdo y creedme que es muy raro,
hay veces que muerdo mi mano para ver si fue soñado.
Y es que...
me imaginado tantas veces contigo,
que cuando al fin te tuve enfrente sólo pude estar callado.
Entré con lo justo en la cartera y salí con el alma llena
y eso no lo paga una moneda,
ni lo hace cualquiera,
di de que manera o forma conseguiste que por ti rompiese mis normas.
Y el típico chico que fue a la barra del bar,
pidió una copa, vio tu cara y quedó "bocas" sin más.
Era un manojo de nervios manejados por tu cuerpo,
gestos lentos,
poesía, movimiento.
Y no es un cuento si te cuento que mi rostro era un poema,
que el pasado ya es historia,
el presente un regalo, morena.
Y del futuro no sé que será pero será a tu lado,
YO SERÉ ALGO TUYO Y TU MI ETERNIDAD.

La ilusión conlleva miedo y el miedo temor,
pero he guardado mis fantasmas dentro de un cajón.
Si el daño es esto, moriré de este dolor,
que he estado muchos años sin saber qué era el amor.
Y que decir si todo fluye, que TE QUIERO, ¿no?
O que ERES UN CIELO POR LLEVARME HASTA LAS NUBES.
Yo pienso que hay cosas que decirlas no hace falta
pero lo que siento niña te lo dejo en esta carta.
O en voz alta, hasta dejarme la garganta
que ME ENCANTAS.


Y paradojas de este mundo:
estudias para salvar vidas y a mi me matas si me miras en segundos.
Si estamos juntos lo del tiempo es relativo:
si no estás se pasa lento, a tu lado es un suspiro.
Ay el destino...
de ti no supe hasta hace poco pero desde crío te conozco y vas conmigo,
será que un fino hilo nos unió dándonos cuerda,
así que agárrate con fuerza y disfrutemos del camino.
Cariño...
no sé que verás en mí, pero no importa,
mientras algo ocupa la pupa de nuestra pompa,
(un niño),
quién trabaja de albañil sobre tu boca y forma la curva que dibuja tu sonrisa tonta.
Eres mi otra parte, mi yang.
Aquello que encontré cuando me cansé de tanto buscar,
y ya del mañana no sé que será,
pero YO SÉ QUE ENAMORADOS SEREMOS UNO EN EL MÁS ALLÁ.

La ilusión conlleva miedo y el miedo temor,
pero he guardado mis fantasmas dentro de un cajón.
Si el daño es esto, moriré de este dolor.
Que he estado muchos años sin saber qué era el amor.
Y que decir si todo fluye, que TE QUIERO, ¿no?
O que ERES UN CIELO POR LLEVARME HASTA LAS NUBES.
Yo pienso que no hace falta decir estas cosas, pero al verte sentí dentro mariposas.

Y si MI SIEMPRE comenzó en el día en que te conocí,
no me haré responsable del ayer, pero de hoy sí.
De las horas que te debo, de cosquillas más de mil.
De esa risa que se agarra a tus costillas de marfil.
Ven, llora por ser feliz,
de viajar hasta en patín,
de tocar el arpa con tu espalda
y del desliz de aquel beso que de tu mejilla se deslizó 
para llevarme en tus labios a otro mundo mejor.

GRACIAS POR EXISTIR, MI AMOR."



Rayden, Mariposas -


martes, 9 de febrero de 2016

Ser el alguien de ese alguien

Hola mi amor,
perdona, ya sé que llevo algunos días sin escribirte. A veces no tengo las suficientes fuerzas para sentarme y plasmar cada palabra que se me pasa por la cabeza, sobretodo cuando me meto en la cama por las noches y mi cerebro se evade de este mundo y se inventa uno nuevo, contigo.
Esta mañana he estado cuidando al bollo, que rabia me da que al final no vayas a conocerle nunca. Me ha pedido que le leyera un cuento y, ¿a que no sabes cómo se titulaba? La lágrima Lila.
En cuanto lo he visto he sonreído para mis adentros, segura de que era una señal, y a la vez he sentido tanta rabia de no poder decírtelo. Me encantaría escuchar tu voz, que un día fuera andando por la calle y de pronto me hablaras al oído y poder responderte, y preguntarte si estás bien, si se está allí tan a gusto que por eso la gente nunca vuelve. Sobretodo preguntarte si volveré a verte y si es verdad que todavía me quieres, porque te juro que hay días en los que ya no siento lo mucho que me querías y eso me asusta, porque sé que yo no dejaré de quererte en la vida (ni en la muerte), pero me da tanto miedo que tú puedas dejar de quererme, que de pronto me olvides... muchas veces me decías que te arrepentías de no haberte fijado en mí antes, para que hubiésemos podido vivir esto desde pequeños, desde que yo me volví loca por ti con 13 años. Yo siempre te decía que todo pasa por algo, y que probablemente de haber empezado nuestra historia en ese momento a estas alturas ni si quiera nos hablaríamos. (Aunque de alguna manera sí que empezó). Por eso siempre te he dicho y he pensado que antes de estar conmigo tenías que cometer toda esa cadena de errores que te volvieron a llevar a mí, para que aprendieras de ellos y pudieras hacerme feliz como sólo tú podías hacerlo. Como lo hacías cada uno de los días de mi vida que te he tenido a mi lado. Y yo me esforzaba por compensarte, por hacerte todo lo feliz que sabía, y te juro que lo hice lo mejor que supe, lo mejor que pude. Nunca he creído en las casualidades, siempre he pensado que todo pasa porque tiene que pasar algo y que el destino está escrito. Ahora mi duda es, ¿esto era lo que tenía que pasar?, ¿o esto tenía que pasar para que pasara algo, para que pase?. Y si es lo segundo, ¿qué coño es lo que tiene que pasar ahora? Porque me da pánico pensar que sea lo que sea ya no puedo contar con tu apoyo. Y porque dudo que sea algo bueno, no me imagino el día en el que me pueda pasar algo bueno en mi vida, eso sí que me daría miedo. Como antes de tu accidente, que ya decía yo que llevaba demasiados días de buenas suerte y eso me acojonaba porque era raro de cojones, y mira. Ni toda la buena suerte del mundo compensaría la pésima mierda de haberte perdido. En realidad no creo en la buena suerte, supongo que sólo existe la mala y la ausencia de mala. Porque a estas alturas de la vida yo ya me conformo con que dejen de pasarme desgracias, me da igual si me pasan cosas buenas, eso es bastante secundario. Además estoy segura de que no hay nada en todo el jodido mundo que me pueda pasar por muy maravilloso que sea que pueda compensarme por haberte perdido. Porque tú lo eras todo. Todo en la misma persona. Que increíble sensación era priorizar a alguien que te priorizaba por encima de todo, alguien que te comprendía, que no te juzgaba, alguien con quien perdiese significado la palabra "aburrirse." Que bonito era saber que era el primer pensamiento de alguien cuando se despertaba, el último antes de dormirse. Alguien que me transmitía tanta protección que no podía tenerle miedo a nada. Me creía invencible a tu lado, mi amor. Tú eras ese alguien de mi vida por el que lo hubiese dejado todo, ese alguien por el que merece la pena cualquier cosa. Ese alguien que me llenaba, que me completaba, que por fin había encontrado que hacía mis sueños realidad. Tú eras mi deseo concedido vida, y eso jamás podrá volverlo a ser nadie. Y ese tal nadie no sé quién será, pero tú seguirás siendo mi alguien. Siempre lo serás. Jamás lo olvides.
No hay nada más bonito en este mundo que ser el alguien de ese alguien, de tu alguien.
Me acuerdo de ti cada día, cada segundo. De lo bueno que eras, de lo orgullosa que estaba y estaré de ti siempre.
Te quiero, te amo y te amo. Ojalá supieras cuanto.
Alioli azul, mi amor.

sábado, 6 de febrero de 2016

Una imagen duele más que mil disparos

No me puedo creer que hace ya casi cuatro meses pudiera tumbarme contigo y abrazarte tan fuerte, rodearte la cintura con mis brazos y apoyar mi cabeza en tu pecho sin ni si quiera imaginarme el tesoro tan grande que tenía en ese momento entre mis manos. Ojalá nos hubiésemos quedado así para siempre. Muy pegados. No me puedo creer que hace ya casi cuatro meses me pudieras robar un beso mientras te estaba hablando, te tumbases encima de mis rodillas y te quedases dormido mientras yo te acariciaba la cara y terminaba de ver la película. Hace casi cuatro meses me seguías mirando fijamente para incomodarme, para provocarme. Hace cuatro meses tenía tantas cosas que ya no tengo, que me parece increíble el imaginar que un día las tuve. Que un día pude tocarte, que pude escucharte. No puedo creer que se haya acabado, que te hayas ido tan lejos después de todo lo que luchamos por estar juntos, por hacernos felices. No puedo encontrar nada que me motive lo suficiente, mi vida. No puedo encontrar la manera de dejar de sentirme tan sola. No sabes lo frustrante que es sentir que nadie te entiende, que nadie va a poder entenderme nunca. Nunca.
Saber que tendré que lidiar con todo esto yo sola el resto de mi vida... me mata.
No puedo seguir. No encuentro nada que me consuele, que me haga feliz. No encuentro nada que me haga volver a soñar, volver a tener ilusión por vivir. A veces pienso que estoy mejor, que voy a salir. Pero entonces me viene el recuerdo de tu voz, el olor de tu ropa, el recuerdo de todas las cosas que no pudimos hacer y no haremos y me duele tanto el corazón. A veces, y aunque intento evitarlo, me vienen imágenes a la cabeza del aspecto que tenías cuando estabas en el hospital. Y te juro que cada una es como un disparo directo en el pecho. La cara que tenías, tan blanca, con la cabeza rapada y esas barbas, con todo lleno de tubos que te salían de la nariz y de la boca. Me aprendía de memoria todas las constantes que salían en la maquina y hasta buscaba en internet lo que significaba cada raya para saber si estabas bien, si mejorabas. Ese olor que tenías tan horrible y a la vez tan familiar, tus pies blancos y fríos. No puedo soportarlo. Ojalá pudiera borrar esas imágenes de mi cabeza, ojalá pudiera superarlas y acordarme sólo de lo vivo que estabas siempre, de lo mucho que te gustaba hacer el payaso en cualquier parte.
No puedo dejar de pensar que ya nunca verás crecer a tus primos, a tus sobrinos, a tus propios hijos. Que ya no podrás cambiar de trabajo, encontrar uno que de verdad te gustase, seguir estudiando. No me puedo creer que ya no vayamos a vivir juntos, que no vayamos a hacer todos esos viajes que teníamos pensados. Las fiestas, las comidas en familia, los festivales. Todos los partidos de fútbol que me quedaban por ir a verte, las montañas de lacasitos, las pelis en el cine, las guerras de almohadas, las duchas frías, bañarnos en el mar. Hacer snorckel, las partidas de cartas, las cervezas, los cubatas, las palmeras de chocolate. Hablar y hablar hasta las tantas de la mañana toda la noche, las broncas, el amor. Todas las ganas, las tengo guardadas, a veces me matan, siento como me van consumiendo lentamente, devorando cada milímetro de mi organismo, buscándote.
Yo tampoco sé donde estás, pero sé que te necesito.
Que me quema el corazón desde que no estás y me arden tanto los pulmones...
Te amo, te quiero tantísimo mi amor.
Alioli azul.
Siempre conmigo, por favor.

viernes, 5 de febrero de 2016

Duchas de agua fría

"Sonreía mientras el agua fría le corría por la espalda y se terminaba de aclarar los restos de jabón del cuerpo. La piel de gallina y la respiración acelerada que poco a poco se iba regulando le hacían recordar la batalla de fuego que momentos antes habían compartido cuando, al salir por primera vez de la ducha, se le ocurrió la genial idea de vestirse con su camiseta de fútbol y las medias hasta las rodillas.
- No es por presumir, pero me queda bastante mejor que a ti.
Le dijo entrando por la puerta del salón, dando vueltas, haciendo un pequeño pero no poco elaborado pase de modelos exclusivo para él. Él se rió, se acercó a ella y le dio un beso acariciándola el pelo todavía mojado. Ella le hizo una llave y le tiró sobre el sofá. Él no se resistió. Y así pasaron seis o siete canciones con el volumen alto y el aire frío encendido. Cuando terminó de sonar la última, su favorita, todavía seguían tumbados en el suelo, haciendo manitas, sonriendo. Dándose besos tiernos, besos suaves. Ella le acariciaba la espalda con sus uñas rojas, él cerraba los ojos y suspiraba, ella sabía que si se descuidaba se quedaría dormido. Le miraba fijamente mientras pensaba que ese suelo frío era el mejor lugar del mundo, en el mejor momento. Él le dio un beso en la frente rebosante de amor y se puso de pie, buscando su ropa. Ella se quedó todavía unos segundos allí tumbada, pensando en lo feliz que era y que pensaba ser toda su vida mientras esos momentos no les faltaran, mientras pudieran seguir compartiéndolos y se tuvieran el uno al otro.
La voz de él cantando en la cocina la devuelve a la realidad y apaga el grifo de la ducha. No puede dejar de sonreír, esa maravillosa sensación la envuelve todo el día cuando le tiene cerca. Se seca con la toalla todavía mojada y la cuelga pensando para sus adentros que probablemente no será la última ducha que se dé esa noche. Se pone su pijama y su mejor sonrisa y entra en la cocina donde él está preparando la cena. Se miran cómplices.
Unas horas más tarde dos toallas mojadas medio enredadas pasan la noche colgadas de la puerta, testigos de dos cuerpos que duermen, dos cuerpos que se quieren, dos almas que se abrazan, que se aman. Que comparten sueños."

miércoles, 3 de febrero de 2016

Se me rompe el alma


Quién nos lo iba a decir vida, que no llegarías ni si quiera a hacerte mayor del todo. Que ya no vas a envejecer, no vas a convencerme para tener críos antes de los 30, porque ni si quiera has llegado a los 24. Que yo ya no quiero ni hacerme vieja. No sé por qué nos han hecho esto, si nos sobraban las ganas de estar juntos, de estar vivos. Estar vivo... que sensación más extraña y a la vez más frágil. 


Que nadie intentara ganarnos en cursiladas, eh. No sé como me podías decir estas cosas tan bonitas, mi amor, pero me encantaba que nos las dijéramos a todas horas, todos los días. Era imposible no levantarse de la cama con una sonrisa de felicidad inmensa. Me pasaba todo el día deseando que tuvieras un descanso en el trabajo o que terminaras de trabajar para poder pasarme la tarde pegada al teléfono hablando contigo. Que hasta me volvía a casa en autobús cuando yo salía de trabajar aunque tardara una hora más a mi casa para no quedarme sin cobertura en el metro y poder seguir hablando contigo. Eramos unos ñoños, pero joder, estábamos enamorados. Ojalá te hubiera podido seguir haciendo feliz todos los días de mi vida, porque al menos me queda pensar que te hice todo lo feliz que pude hasta el último de la tuya. Me hubiese encantado dormirme todos los días soñando contigo y despertarme cada mañana abrazada a ti. Que no me cansaría, ¿cómo iba alguien a cansarse de algo tan bonito, tan jodidamente mágico? Si al final es lo que toda persona sueña tener en algún momento de su vida, tener a alguien como tú a su lado. Yo he sido afortunada, te he tenido y sé lo mucho que me has querido porque nos hemos querido como nadie y como nunca. Ahora leo estas conversaciones y se me parte el alma, vida, porque las echo en falta cada minuto y no te imaginas cuanto. Eran la razón de ser de mis días, mis ilusiones, mis sueños, mis planes... todo estaba en esos mensajes, en sentirte al otro lado de ellos, en imaginarme la cara que estabas poniendo, en coincidir en los sentimientos. Y luego vernos en persona y seguir queriéndonos. O pasarnos horas, horas y horas hablando por teléfono, hasta las cuatro de la mañana y colgarte y ponerme un despertador a las 5:20 para volver a llamarte y seguir hablando hasta las 6.00 que te levantases, y no quedarnos ni un sólo segundo en silencio. Bueno sí, solo en esos momentos en los que me dejabas sin palabras y no sabía ni que decirte. Eras el único que me dejaba sin palabras, y como me gustaba eso. 
Este trocito de conversación es sólo de cuatro días antes de ese puto accidente, y mientras leía esas líneas y sonreía como una idiota, no podría ni si quiera pensar en la idea de que pocos días más tarde iba a perderte para siempre. ¿Pero por qué? Si era increíblemente perfecto. Tú lo eras. Con tus más y tus menos pero, ¿a quién le importaban?. Tú te enamorabas de mis defectos y amabas cada una de mis virtudes. Y yo te amaba todavía más a ti. Como para no hacerlo. Como si fuera posible no quererte.
Que vacía me has dejado, cabrón. Que incompleta. Te echo de menos, necesito contarte tantas cosas que no te puedes hacer una idea. Es que me moriría sólo para poder contártelas, para ver la cara que pondrías, porque es que ibas a flipar lo que no has flipado en toda tu vida.
Me sigue pareciendo una locura pensar que te hayas muerto. Es que sigo sin ser capaz de asimilar la frase si quiera. 
TE HAS MUERTO.
Me sigue pareciendo una broma de mal gusto.
Pero, ¿sabes? si alguien me dijera que tengo una oportunidad de volver a vivir todo lo que he vivido contigo, de volver atrás en mi vida hasta el día que te conocí y volver a vivir todo lo que hemos vivido, absolutamente todo, aunque cuando llegásemos a ese 18 de octubre del 2015 volvieras a tener el accidente, aunque volviera a pasar esa infernal semana en el hospital, aunque volviera a morirme contigo y a sufrir lo que no está escrito desde entonces... no me lo pensaría ni un segundo, que haría lo que fuera por volver a vivirlo, porque estar contigo compensa con creces sufrir esta falta de ti.
Te amo, te amo, te amo.
Yo sí que te quiero en cada cosa azul.
Que suerte que lo sea el cielo.
Alioli mi amor.


martes, 2 de febrero de 2016

El niño más feliz del mundo

Hay personas que no conoces de nada y te transmiten esa incondicional confianza que hace que casi tengas la necesidad de explicarles tu vida entera. Lo que haces, lo que piensas, lo que sientes. Son personas que no sabes por qué pero agradeces su compañía, que te hacen de una manera u otra sentirte arropada. Y luego vuelves a casa pensando en la chapa que se han tragado por ti sin comerlo ni beberlo, que te han escuchado y a veces incluso piensas que llegan a comprenderte. Es esa sensación rara de lo rápido que se te ha pasado el tiempo cuando estás realmente a gusto con alguien.
Luego está el otro grupo de personas, esas que puedes "conocer" de toda la vida y en realidad no tienen ni puta idea de quién o cómo eres, ni tú de ellos, pero te importa poco. O quizás es porque les conoces demasiado.
Y hoy por hoy tengo que darte las gracias vida, porque gracias a ti y muy a pesar de las malditas circunstancias, he conocido a personas del primero, personas que jamás pensé que conocería y personas a las que jamás pensé que pudiera unirme tanto. Gracias por haberles sabido transmitir todo el amor que me tenías, porque eso es lo que hace que ahora me apoyen por ti y que, surrealista y sorprendentemente, cada vez aparezcan en mi vida más personas de las tuyas, de tu gente. Y eso me encanta porque me hacen sentir mucho más cerca de ti y ahora mismo es lo más parecido que tengo a estar contigo. Porque son personas que de una manera u otra también se han roto conmigo al haberte perdido, y aunque sea por ese dolor estamos unidos, nos entendemos, nos transmitimos las fuerzas que nos quedan de unos a otros. Son personas que te querían, que tampoco estaban preparadas para soportar tu ausencia, para acostumbrarse a ella, definitivamente.
Y me alegra conocerles porque me hacen estar segura y tranquila de que tenías la suerte de tener verdaderamente a personas cojonudas a tu lado, y saber eso me hace feliz, poque no te merecías menos.
Sea lo que sea hacen que me sienta un poco menos sola, que tu recuerdo se avive y aunque duele, reconforta.
Me duele en el alma no poder compartir todo esto contigo, las cervezas, las charlas. Las conversaciones serían tan distintas si siguieras aquí... pero quiero pensar que, estés dónde estés, lo sabes y que eso te hace feliz. Porque sé que te haría el niño más feliz del mundo. Porque eras un niño, y porque a mí me hacías feliz.
Como duele volver a ser sólo yo sin ti, mi amor. Tener que enfrentarme de nuevo a la vida sin ti. A esta vida que se ceba y que parece que disfruta viéndome sufrir. Y sé que inevitablemente algún día aparecerá alguien que intente darme su amor, pero no serás tú y no habrá vivido todo esto conmigo, por eso nunca podrá entenderlo del todo. Contigo compartía de la vida hasta el dolor, y eso también nos unía mucho. Sobretodo porque entre los dos conseguíamos rellenar los huecos de felicidad y todo merecía la pena por verte sonreír, porque me dijeras otra vez que, a pesar de todo, eras ese, el niño más feliz del mundo. El de los bolsillos llenos de chicles.
Te amo mi vida.
Azules noches

lunes, 1 de febrero de 2016

Durmiendo en sueños, viviendo en pesadillas

Hoy he soñado contigo. Estabas muerto pero podías hablarme y tocarme y yo era feliz. Te decía que me daba igual, que yo quería estar contigo aunque a penas pudiera verte, aunque ni si quiera pudieran verte los demás. Menuda mierda cuando me ha despertado mi hermana y me he dado cuenta de que sigo viviendo en la misma pesadilla de hace tres meses. Al menos de vez en cuando puedo seguir soñando contigo. Conclusión: hoy también llevo todo el día llorando. Que asco, de verdad. Y menos mal que hoy hace sol. Ahora me ducharé y me iré yo sola a dar una vuelta, a sentarme en mi sitio favorito del mundo, ese en el que hace exactamente un año me sentaba contigo. Lo peor de todo es no ser capaz de encontrar a nadie que me entienda, a nadie que sienta que me comprenda de verdad. Que comprenda como me siento, porque sólo consigo encontrar frases hechas y palabras de apoyo que ahora mismo me parecen vacías. Y además, ¿qué haces? coges la agenda del teléfono y mientras se te caen las lágrimas de los ojos vas pensando quién va a ser el pobre desafortunado al que vas a llamar para amargarle la tarde contándole tus penas. A veces por eso no me apetece hablar con nadie ni quedar con nadie. ¿Para qué? No quiero molestarles, ellos tienen la suerte de poder hacer lo que quieren con quien quieren y son felices. Mi abuela siempre dice que hay personas que nacen con estrella y otros que nacen estrellados. Yo soy del segundo grupo. Y porque no hay un tercero. Lo que más me jode de esto es que si tú estuvieras aquí sentiría todo tu apoyo. Pero ya no lo tengo. Eras la persona que más me apoyaba, la que estaba siempre incondicionalmente de las circunstancias, la que me priorizaba por encima de todo. Ya no tengo a nadie así, y no lo quiero tener.
No quiero encontrar a nadie nunca que sea mejor que tú, no quiero querer a nadie tan fuerte como a ti.
Yo te quiero a ti, joder.
Me pongo a ver todas tus fotos y pienso como es posible que la muerte se haya llevado a alguien tan bonito. Y luego pienso que quizás es eso, que eras demasiado bonito para esta vida.
Sé que estoy rodeada de gente, mi amor, y por eso es todavía más frustrante sentirme tan sola.
Daría lo que fuera porque volvieras a mí, lo que fuera.
Sabes que si hubiese podido hubiera dado la vida por ti mil millones de veces. Pero entonces a ver que hubieses hecho tú, con tanto dolor encima. Esto es horrible. Sigo sin pensar que me ha pasado a mí. Me miro en el espejo y te juro que no me reconozco, que simplemente siento pena de la chica que se me pone en frente, siento que no la conozco pero sé por lo que está pasando y me da por empatizar con ella, y siento pena, siento lástima. Me dan ganas de abrazarla pero no puedo.
Tiene ese vacío de amor en la mirada. Ese pozo negro en el corazón. Esa herida gangrenada en el alma. 
No puedo echarte más de menos, voy a explotar de tanto hacerlo. Voy a reventar por dentro.
Te quiero muy lento. Muy fuerte. Con toda la locura del universo. Ya lo sabes. No dejes de quererme.
Te amo Lila.
Siempre tú. Siempre has sido tú y siempre serás tú.
Alioli azul.