lunes, 15 de febrero de 2016

Calendario

Cuántos 15 de febrero me quedan por pasar sin escuchar tu aliento. Cuántos 18 de marzo me recordarán el miedo que me invadió aquel día, aquella tarde. Cuántos 22 de abril contando meses desde el instante en el que oí tu corazón latir por última vez. Cuántos 26 de mayo que ya no celebrarán otro cumpleaños en tus ojos, en tus labios. Cuántos 30 de junio sin ese beso, cuántos 13 de julio sin verte, el mar. Cuántos 15 de agosto que vas a faltar. Los 27 de septiembre sin bailar. Cuántos otoños nos quedan por llorar, cuántos inviernos por derretir, cuántas primaveras sin alterar. Todos los veranos serán sin ti. Las navidades, las vacaciones, las procesiones de Semana Santa. Los disfraces, los carnavales, los cumpleaños, aniversarios, los viajes en coche, las noches en vela, las lluvias de estrellas, cantar. Los atardeceres en cualquier lugar, tu reflejo en el espejo, verte al despertar. Los abrazos de los reencuentros, los de las despedidas, los besos a ciegas, soñar.
Planeamos una eterna vida juntos que me cargaba cada día el alma de ilusión, que me hacía soñar y me envolvía de felicidad. Me encantaba despertar en esa realidad en la que formabas parte tú, en la que todo giraba en torno a ti, en torno a mí, a nuestro despertar. A nuestro sueño real, tantas ganas de vivir. Creímos tener el don de la inmortalidad, de disponer de cientos y cientos de años para vivir todo tipo de experiencias, para querernos en todos los idiomas del mundo, para darnos todos esos besos que nos debemos.
Ojalá hubiera sabido que nuestros "para siempre" tenían fecha de caducidad, que en realidad las promesas no las cumpliríamos jamás. Ojalá hubiera sabido el tiempo real que me quedaba para estar contigo, para abrazarte, para exprimirte a abrazos. Para besarte hasta desgastarte los labios, acariciarte hasta borrarte la piel. 
No puedo creerme que a estas alturas seas un puñado de carne podrida y todos tus huesitos metidos en esa caja... y yo aquí, comiendo chocolate y viendo todo ese maratón de películas que, supuestamente, ibas a ver conmigo. Te echa de menos mi cama.
Un 15 de febrero que podía haber sido más bonito que todos los absurdos 'San Valentines' juntos. Pero no lo ha sido. No lo será. Te quiero, ¿te lo había dicho?
Posdata: mañana estás invitado a las cervezas, por si se te ocurre pasarte por allí y vernos juntas.

Me prometiste muchas cosas pero me has fallado, tú, que eras la persona en la que más confiaba de todo el jodido mundo. Y necesito creer en ti, por eso sólo quiero pedirte una cosa, la última promesa...


TE AMO.

1 comentario:

  1. Yo te prometo mi niña estar en esta vida junto a la tuya para cuando llegue la próxima vida k el te devuelva todo lo k en esta no a cumplido te kiero muchísimo mi niña

    ResponderEliminar