miércoles, 21 de diciembre de 2016

Manteniendo vivos los recuerdos

Hoy te quiero decir que he vuelto a martirizarme viendo tus fotos y vídeos, pero que después de mucho llorar creo que puedo decir que sé que fuiste feliz y que siempre te rodeaste de personas que te llenaron de sonrisas y a los que has dejado con muy buenos recuerdos durante toda tu vida. Es tan jodidamente extraño volver a escuchar tu voz, verte moviéndote, riendo. Que pensaba a ratos que todo era mentira y que en cualquier momento me ibas a llamar al teléfono. Y me jode, pero tengo que reconocer que se me siguen cayendo las lágrimas muchas más veces de lo que deberían. Y que una parte de mí siente que no será capaz nunca de rehacerse, de volver a rehacer mi vida. De volver a estar con otra persona. Y es frustrante porque me mata esta soledad en la que la vida me ha sumergido y a la que no me acostumbro, que es la única que siempre viene conmigo pero joder, la odio. Intento quererla pero no para de recordarme lo mucho que te echo de menos y no puedo, me dan ganas de tirarme de los pelos, de tirarme al suelo y gritar y pegar patadas y puñetazos a todas las paredes, retorcerme. Y entonces disimulo, intento no pensarte aunque por dentro me quemes. Cada día que pasa estoy más segura de que nadie lo entiende, que nadie lo comprende y eso hace que me faltes más todavía. Pero aquí sigo, ¿sabes?, a pesar de todo aquí sigo. Aunque sepa que ya no volveré a encontrarte y aunque se me siga volcando el corazón cada vez que algo me recuerda a ti, a lo que vivímos juntos. Y lo peor es pensar en cómo serían ahora las cosas si estuvieras aquí y creo que hubiesen sido jodidamente geniales, lo cual hace que todo sea más triste, más difícil. Pero me voy otra vez de viaje, y me encantaría que vinieras. Aunque ya no puedas salir en las fotos, vente. Vente a descubrir el mundo conmigo, porque yo he descubierto que es lo que más feliz me hace.

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