martes, 6 de diciembre de 2016

Palabras, pesadillas y el miedo a olvidarte

Hace unos días que te siento más lejos. Y espero que sea porque hayas estado con todos tus amigos en las fiestas de tu pueblo, viendo cómo las disfrutaban por ti y por ellos. Qué tontería te acabo de decir. Sentirte más lejos. Cómo si fuera posible tenerte más lejos. Si ni si quiera sé donde estás. Y en realidad mi cabeza lo sabe, que no estás en ninguna parte, que hace mucho tiempo que te fuiste, que desapareciste. Pero cuéntale tú a mi corazón eso, haz que se lo crea. Que lo soporte. No, él necesita pensar que no le abandonaste, que de alguna forma sigues con él, que sigues cuidándole. Y anoche otra vez pesadillas y despertándome veinte veces. Y hoy tengo la sensación de que se me olvida tu cara, que se me olvida lo que sentía cuando sonreías. Y me pone tan triste, me duele tanto, tanto que pasen los días. Que mi cama siga vacía, que te siga esperando. Que sigan los dolores de barriga, los pinchazos en el pecho. Y estas ganas tan grandes de sentarme a hablar contigo, pero a la vez tan cobardes. Quiero coger un incienso y en el lugar más tranquilo y solitario ponerme a hablarte. A decirte todo lo que he pensado, cosas por las que siento que tengo que disculparme, otras en las que tengo que darte la razón y otras que simplemente me apetece contarte. Pero pararme a pensar en todo lo que quiero decirte y expresarlo en alto hace que sienta que soy imbécil y que se me está yendo la cabeza, que me estoy acabando por volver loca, hablando sola y recordando cada segundo que hizo que te perdiera. Recordando cada segundo que ha pasado desde que te he perdido. Y a veces siento que doy tres pasos para a delante y retrocedo cinco. Que no tengo con quién compartirlo, que te necesitaría tanto... ojalá encontrase la manera de acercarme más a ti porque no quiero olvidarte. Fuiste y eres demasiado como para borrarte. Y días como hoy me levanto con la sensación de seguir sin saber en qué punto está mi vida. Que sigue girando, que sigue sin rumbo, como una bala perdida que nunca se para. Estoy metida en la cama pero todas estas palabras no me dejan dormir, este sentimiento que a veces me quema hasta la garganta y sigue haciendo que me lloren los ojos, que me sangre el corazón porque despues de tanto tiempo la herida no sana, al menos no del todo. Siempre serás la cicatriz más grande que lleve. Y es triste. Que despues de todo acabes siendo una cicatriz, sabiendo que podías haber sido la felicidad de mi vida. Que lo fuiste. Aunque fue por poco tiempo. ¿Volveremos a vernos?
Te quiero. Te echo de menos. No dejes que deje de sentirte. No sientas que dejo de quererte.
Alioli Amor

No hay comentarios:

Publicar un comentario