domingo, 29 de enero de 2017

Instantáneo

Desde aquel instante en el que mi corazón estalló por los aires. Los sueños estallaron, las promesas se murieron y se rompieron en pedazos. Aquel momento, ese que vuelve cada noche justo cuando miro al cielo y me pregunto si tú también puedes vernos. Me siento en el suelo con tu foto entre las manos y me cuesta creer que hayas existido.
Dicen que tengo que permitirme olvidar, pero no entienden que si te olvido olvidaría lo que más feliz me ha hecho en mi puta vida, y si olvido eso, dime entonces, ¿qué me queda?.
A veces dueles menos, pero hay días en lo que sigues ardiendo tan fuerte que siento que me sale humo de las costillas, que se me revienta el cerebro. Y la misma pregunta todos los días ¿por qué tú?.
Eras la luz de mi vida. Te lo juro. Todo ha perdido más sentido del que piensas desde aquel momento. Todo. Todos. Y acabaré enamorándome de la luna para que no esté sola. Allí, rodeada de estrellas pero no mereciéndose a ninguna. O tal vez ellas no estén a su altura. Y vuelven los recuerdos, las idas de olla. Y vuelven las preguntas, las dudas, vuelven las lamentaciones y el sabor de tu boca. Dos años después, soñando que mañana vendrías a verme por primera vez. Ese abrazo en la estación. La conexión. El viaje a casa. Las películas de Disney y el primer beso. La primera noche. La primera de tantas.
Y otra vez me siento tan estúpida por escribirte, por haber vuelto a hablarte sola. Por esperar a que me contestes. Por mirar al cielo rogando porque me mires, porque te pueda sentir flotando entre las nubes, entre mis nubes. Por llevarte siempre dentro llenándome los pulmones de aire y la vida de ganas. Cómo hacías antes. Como hacías siempre. No tengo ganas de comerme el mundo, tengo ganas de comerte a ti. De besarte los lunares y contarte las arrugas de la cara cada año. De hacerme vieja a tu lado y ver como se te cae el pelo. Saber que no volveré a necesitar una almohada mientras tenga tus brazos, tu pecho. Tu pecho de lata. Tu cuerpo de escombro. Tus piernas largas.
Te quiero.
Echándote de menos, llenándote de faltas. Siempre, mi amor.
Azul mes de enero que se acaba. Alioli.

1 comentario:

  1. Mi niña Calvo seguro era de la familia jajaja te azuleo 17 millones de veces día y vuelta a Neptuno

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