domingo, 5 de febrero de 2017

En la palma de mi mano

Voy vagando por las calles de la vida, buscándote en cada esquina. En cada rincón del mundo. En cada callejón sin salida. Voy buscando de nuevo tus huellas en la arena de la playa para poder seguirte, para evitar perderte. Pero la marea debió borrarlas. Me concentro entonces en la frecuencia de tu tono de voz, en esa precisa afinación que tenía tu risa. Y me miro las manos frías intentado comprender en que parte de la línea de mi destino te quedaste. Y lo feliz que era cuando entrelazábamos nuestros dedos uniendo nuestras dos vidas. Aprieto fuerte los ojos para intentar sentir de nuevo la respiración de tu pecho, para volver a oír tu corazón latiendo, los besos de buenos días y los polvos por el suelo. Y sigue pasando el tiempo, y lo único que queda de ti y de mí son los recuerdos. Los recuerdos que yo tengo, porque tú ya no tienes ni eso. Y no puedo perderlos, no puedo olvidarlos porque si lo hago entonces no quedará nada. Entonces sí que sí te habrás muerto. 
Te quiero.

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