lunes, 7 de diciembre de 2015

Declaraciones de amor

Perdóname mi amor por no haberte vuelto a escribir antes. Me he acordado de ti todos los días, cada segundo que ha pasado, que pasa. Tengo un reloj parado a las 5:37 que llevo siempre conmigo, cuando me apetece que sea esa hora lo miro y me invade el recuerdo de la mejor hora del mundo, del tiempo. Las 5.37 de los mejores días, de dar saltos de una cama a otra, de mensajes, de besos, de risas. De caricias medio dormidas, de comienzos, de palizas de cosquillas. Las 5:37 para cambiar de postura, para abrazarnos más fuerte, para hacernos felices Te amaba siempre pero a las 5:37 con más razones.
Me encantaba que fueras tan bonito de noche y de día. A veces te pienso y no consigo explicarme como era posible que fueras tan jodidamente único, tan jodidamente perfecto.
Me acuerdo una vez que íbamos todos en el coche, doblamos una esquina y me fijé que en una de las paredes algún enamorado había hecho un graffiti en el que ponía: "Perdona si te llamo amor".
- Mira lo que pone ahí, vida.
Pero no te dio tiempo a verlo porque ya habíamos pasado de largo.
- ¿Qué ponía?
- Da igual, era una tontería.
- Que me lo digas.
Y cuando me quise dar cuenta habías dado toda la vuelta a la manzana y estábamos recorriendo las mismas calles sólo porque querías volver a pasar por allí para leerlo. Y cuando pasamos por delante lo leíste y sonreíste. Y yo pensaba que no podías ser más increíble, más amante de los pequeños detalles, igual que yo.
Muchas personas no le darán importancia, piensan que los detalles sólo son eso, algo insignificante que rodea las cosas que de verdad importan. Pero tú y yo lo vivíamos, lo sentíamos al revés. Los pequeños detalles son los que importan, los que marcan la diferencia de algo que puede ser común, son los que hacen que algo deje de ser normal y sea algo único, como lo que tú y yo teníamos. Y amaba todos esos pequeños detalles que hoy echo en falta más que al calor que he perdido cuando te has marchado. Esos pequeños detalles que me hacían feliz, que me hacían amarte.
No te puedes imaginar como me arrepiento de no haberte dicho todos los días lo mucho que te amaba. Que te amo. Nunca te lo dije, me daba miedo. Una vez te dije que cuando te dijera "te amo" significaría que me había enamorado definitivamente de ti. Y aunque te amaba no te lo dije, no te lo dije porque no quería ver que me había enamorado. Hasta que llegué al hospital y me di cuenta de que todo lo había dejado atrás por estar allí contigo, que todo lo demás me importaba una mierda excepto que tú te despertaras, y en cuanto entré a la UCI te lo dije. TE AMO, TE AMO, TE AMO. Pero ni si quiera sé si lo escuchaste, si lo supiste.
Y créeme, no me arrepiento de no habértelo dicho antes para que lo hubieses sabido, porque si me escuchas ahora ya lo sabes, si no me escuchas de nada me hubiera servido porque estás muerto y apagado y ni si quiera puedes ser consciente del amor que te tenía, que te tengo. Ni si quiera me arrepiento de no habértelo dicho por calmar mi mente, por haberme quedado tranquila.
La única razón por la que de verdad me arrepiento de no haberte dicho antes que te amo es porque ya no podré ver la cara que hubieses puesto. A veces me la imagino, estoy casi segura de que hubieses llorado, que te hubieses emocionado tanto que te hubieses puesto a gritar como un loco, que me hubieses comido a besos tres días seguidos sin descanso. Que hubiese visto en tu cara la sonrisa más grande y radiante que nadie pueda imaginarse. Y ya no puedo verla, no podré verla nunca. Nunca, que palabra más fea. Que palabra más triste, ¿verdad?.
Pero te puedo asegurar que NUNCA te dejaré de querer, y que siempre te querré como nunca.
Te azuleo mi vida, te amo y te echo de menos cada puto instante. Que falta me haces, ni te lo imaginas.
Todo podía haber sido tan diferente, tan feliz. Menuda mierda. Menuda mierda es todo sin ti.
Te quiero, te quiero, te quiero.
Alioli amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario