martes, 22 de diciembre de 2015

Soñando bonito

Hola Lila,
ya sé que últimamente no te estoy escribiendo tanto, pero es porque a veces no me atrevo, me asusta la idea de estar escribiéndole a Nada. Y que ella ni si quiera te lo cuente. Pero te echo mucho de menos, muchísimo. Hoy ha sido 22, vida. Hoy hace dos meses desde que tuvimos que decirnos definitivamente adiós.
Tengo que contarte muchas cosas, la primera es que antes de anoche soñé contigo, y era el sueño más corto y absurdo que te puedas imaginar, pero estabas allí conmigo y yo podía tocarte y te decía lo mucho que te quiero y que te amo, y tú te reías, te reías a carcajadas. Creo que nunca he odiado tanto al despertador. Fue triste despertarme pero, ¿sabes?, estuve todo el día con la sensación de haber estado contigo hacía muy poco tiempo, como si sólo llevara un día sin verte. Y después de estos dos eternos meses sin poder abrazar tu voz, sin poder escuchar tus manos, vuelve esa sensación que tanto temo olvidar, que tanto me asusta perder. Menos mal que de vez en cuando me vuelve en sueños, como una ráfaga de energía reconfortante, como esas ganas que se atragantan al recordar lo que era besar tu pelo.
Me voy a ir de viaje, vida. Lejos, muy lejos. Y voy a volar alto, más arriba de las nubes, y veré las ciudades pequeñas y lo insignificante que parecemos allí abajo, y quizás te sienta un poco más cerca en ese cielo azul, aunque sólo sea un poco. Y ojalá si estás aquí vengas de vez en cuando a ver lo que yo vea, a sentir lo que yo sienta. Me hubiese encanado poder compartir contigo esta aventura, poder contarte lo que voy a hacer, lo que voy a ver, lo que voy a comer. Y enseñarte fotos a la vuelta, millones de fotos, y traerte la pulsera más fea que hubiese, sólo por molestar. Sólo porque fuese la costumbre. Y tú te la pondrías y la cuidarías como si fuese de oro.
Pero no puedo, así que tendré que disfrutar el viaje por los dos, vivir el momento, saborear el lugar. Y espero que me ayude a superar esto. A estar mejor. Mi madre siempre me dice que los viajes sirven para limpiar la mente, y eso espero.
Y menos mal que me voy, te confieso que estaba deseando huir de estas fechas tan odiosas. Si antes no me gustaban, ahora con más razón. Ojalá esos días consigas que tu familia sienta el calor de tu compañía y no ese frío de tu ausencia, sé que ellos lo van a pasar peor, que esos días tan señalados te van a echar en falta en especial, que son las primeras navidades que no estás. Y no serán las últimas.
Te extraño muchísimo, mi amor. Me sigue pareciendo tan jodidamente fuerte que nos haya pasado esto... a veces me evado del mundo, mi mente se quiebra, me quedo en blanco. Y sigue tan fuerte este nudo en el pecho... a veces noto como se aprieta.
Te quiero martillo grande, bichito.
Ayer, ahora y siempre.
Te azuleo por el cielo.
Alioli amor





No hay comentarios:

Publicar un comentario