jueves, 24 de diciembre de 2015

Nunca nada volverá a ser como antes

Las cosas cambian. Todo lo que nos rodea está en un continuo cambio permanente. Da igual lo mucho que nos guste una situación, lo que nos enamore un estado de ánimo, todo cambia todo el tiempo, inevitablemente. Y a veces los cambios son buenos, pero otras no. Y yo sé que nada volverá a ser como antes, que nada volverá a ser igual. Que tu muerte marca un antes y un después, un final y un principio. El final de lo más bonito, de lo que pudo ser lo más feliz, el principio todavía no se ni de qué.
A veces me pregunto qué hubiera pasado si hubiese sido al revés, si la que se hubise muerto fuera yo, me pregunto cómo hubieses reaccionado tú, que hubieses hecho para superar lo mucho que me echarías de menos, porque yo ya no se que hacer. Han pasado dos meses y sigo sin poder evitar llorar desconsoladamente todos los días.
Que hace dos meses que me vaciaste el corazón de promesas y me lo llenaste de mierda, mierda que salpica cada vez que late y que ensucia a los de mi alrededor, a los que más me quieren. Y sufren, sufren por ti pero por mi más, por verme así, como si tuvieran miedo de que me haya muerto contigo, a pesar de seguir respirando. Y no quiero que sufran, por eso intento que nunca nadie me vea llorar, que no tengan que empatizar con este dolor que me va desgarrando el alma y la vida, y que no me deja disfrutar del tiempo que me queda.
Porque al fin y al cabo éramos eso, el tiempo que nos quedaba. Sólo que pensábamos que ese tiempo iba a ser eterno.
Te echo de menos, joder.
El primer invierno sin ti, mi sensación térmica es del doble de grados bajo cero.
¿Dóndo estás? Por favor, no te alejes de mi.
TE AMO.
Alioli azul

No hay comentarios:

Publicar un comentario