martes, 22 de marzo de 2016

Carta a una estrella

Hola mi vida, de verdad que me cuesta tantísimo creer que es cierto que no volveremos a vernos nunca más. Eso es demasiado tiempo. Joder, que ya llevo cinco meses sin tus buenos días, sin tener quinientos mensajes al despertarme, sin tus buenas noches, sin decirme lo mucho que me quieres. Yo en cambio te lo sigo diciendo todos los días porque si no lo hiciera te estaría mintiendo. Ojalá pudiera decir que fuiste malo, tener motivos suficientes que me ayuden a desenamorarme de ti. Pero no puedo porque sé que eras la mejor persona que podía tener a mi lado. Claro que tuvimos nuestros más y nuestros menos, nuestras idas y venidas, nuestros fallos y discursiones pero al final eso sólo hizo que nos uniéramos más cada vez hasta que llegó verano y me di cuenta de que eras la persona que más me hacía feliz y quería estar a tu lado para siempre. Me hacías sentir en familia todo el tiempo, eras mi hogar allí donde íbamos. Nunca jamás podré agradecerte lo suficiente todo lo que hiciste por mi, nadie jamás ha sido tan bueno conmigo como tú lo fuiste y por eso es imposible dejar de quererte. Todos los días de mi vida me preguntaré por qué ya no podré casarme nunca contigo ni ver como coges a nuestros hijos en brazos si hace cinco meses era lo único que quería. Sigo sin comprender qué es lo que ha pasado para que mi vida se rompiera de esta manera cuando por fin habíamos dado el paso definitivo para estar juntos toda la vida. Te amo mi amor, te amo con toda la locura del universo eres, fuiste y serás lo mejor que me ha pasado aunque también seas lo peor, nadie me ha querido nunca de esa manera tan especial en la que tú y yo nos queríamos y por eso espero que allí donde estés me sigas queriendo todos los días de mi vida.
Nadie puede imaginarse lo muchísimo que te echo de menos, la falta que me haces cada minuto, todo lo que significabas y sigues significando. No puedo explicarte lo que siento ni lo que sentía por ti (aunque lo intento) porque es como intentar definirle los colores a un ciego.
Ojalá pudiera ver la sonrisa que se dibujaba en tu cara cada vez que te decía que te quiero, gritarte que te amo para despertarte cada mañana. Ojalá pudiera volver a abrazarte, pedirte otros besos, cantarte. No puedo dejar de llorar recordando la última vez que me abrazaste, que me diste un beso... verte desde la ventana del bus. La última vez que me tocaste. No puedo. No sé que más decirte, que te echo muchísimo de menos y que siempre te llevaré conmigo. Que te amo y que te quiero, desde que eramos pequeños y para siempre. Siempre Lila. Siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario