sábado, 14 de noviembre de 2015

El día especial de los quince millones de besos

Feliz día 15, mi vida.
Se suponía que era nuestro día, nuestro día especial de todos los meses. Y se suponía que ese día tenía que recordarnos cosas buenas. Y yo lo único que puedo recordar de ti son cosas mejores que buenas. Espero sentirte hoy más cerca que todos estos días, para mí siempre será una fecha especial, porque aunque a simple vista sólo parezca un número más, tú le diste todo el significado, todos los significados que un número, que un día en el calendario, podría cobrar.
Como me gustaría poder hacerte un dibujo, escribirte una carta, mandarte una foto. Algo que te demostrara como todos los meses que era un día especial. Un día en el que pensaba en ti más de lo normal y me sentía afortunada de lo feliz que era, de lo feliz que me hacías. Un día sólo para nosotros, porque nos lo merecíamos.
El 15 marcaba el comienzo de algo, algo que ni si quiera nosotros sabíamos muy bien lo que era, pero no nos importaba. El 15 significaba que estábamos juntos y que el resto del mundo nos la sudaba.
Ojalá pudiera celebrarlo contigo, pasarme mañana todo el día pegada a ti, hacerte el amor 15 veces. Comprarte 15 regalices rojos, y construirte con 15 lacasitos el "NO TE SEPARES DE MÍ" más dulce de toda tu vida. No sé como voy a sobrevivir todo el día sin ti, sin tu felicitación, sin que me hagas sentir que es el día más especial de todo el mes. Ojalá aproveches para mandarme una señal, aunque sea chiquitita.
Quince veces daría la vida por volverte a ver, mi amor. Por que me volvieras a sonreír una vez más y me recordaras por qué me enamoré de ti. Que me hipnotizaras con tu mirada, con tu cara de niño y con esos abrazos que me atrapaban el alma. Que no aguanto un segundo más sin ti y no te das cuenta o qué. Que voy a explotar ya, que se me ha hecho trizas el corazón. Que todas las sonrisas que tenía para ti se han convertido en lágrimas y nunca paran de salir, nacen, viven y se reproducen en mis ojos y se mueren en mi boca. En la comisura de estos labios tristes que se pasan el día imaginando el sabor de tus besos, el roce de tu piel. No creo que nadie haya sido nunca capaz de echar de menos a otro alguien tanto como yo te lo echo a ti. Es imposible. Antes pensaba que me ibas a volver loca de amor y resulta que me estoy volviendo loca del dolor de no poderte tener. De no poder saber de ti.
Nadie se puede imaginar lo que daría por tumbarme esta noche a ver las estrellas contigo. A contemplar el cielo, porque sobre tu rostro era un cielo millones de veces más bonito. Y la luna... que bien le sentaban a la luna tus ojos. Y todas las estrellas parecían agruparse encima nuestra para poder contemplar las constelaciones de tus lunares. Envidiosas de que ellas no pudieran cogerte la mano. Pero yo sí podía y me encantaba acariciártela en forma de corazones. Nadie sabe lo que daría por darte mañana quince millones de besos. Quince trillones de abrazos. Decirte quince mil veces lo mucho que te amo, lo feliz que me haces, lo bonito que eres.
Nadie sabe lo que daría por despertarme mañana y descubrir que no es una almohada si no tu hombro en el que me apoyo, que no es tu peluche si no tu cintura la que estoy abrazando y despertarte llorando y decirte: "vida, he tenido una pesadilla horrible, he soñado que te morías" y que tú me abrazaras y me dijeras: "sólo ha sido un mal sueño amor, estoy aquí, ven, vamos a seguir durmiendo." Pero no me dormiría, me quedaría a mirarte dormir y te acariciaría la cara mientras pensaría en lo guapo que eres, en lo guapo que estás. Y me concentraría en eso que sentía cuando mis manos te rozaban y me volvía loca por ti. Por eso que teníamos. Por eso por lo que me merecía la pena vivir. Por lo que merecía la pena esperar dos meses para verte. No desperdiciábamos ni un sólo segundo cuando nos teníamos en frente. Nos queríamos tanto que lo único que perdíamos del tiempo era su noción. Joder, cuánto nos queríamos, vida. Eso tampoco se lo puede imaginar nadie.
Sólo espero que estés dónde estés llegue un día, aunque ni si quiera caiga en 15, en el que me puedas dar todos los besos que me debes, los siete millones (más todos los millones que se te irán acumulando a lo largo de los días hasta que ese momento llegue) y no me importa cuánto tendré que esperar, porque si de algo estoy completamente segura es de que harás que merezca la pena. Como siempre hacías. Como siempre me demostrabas.
Quiero que sepas que eras la persona más especial de toda mi vida, la más especial que he tenido y tendré. A la que he querido de esta manera tan única desde siempre, porque desde que te conocí ya te empecé a querer. Que me has dado los momentos más increíbles de toda mi vida porque cada momento a tu lado era un sueño que se me cumplía. Siempre te lo decía, que eras mi sueño lúcido y por eso amaba cada instante a tu lado casi tanto como a ti. Todo el mundo me lo decía, que se me veía radiante cuando estaba contigo, como no podía ser de otra manera, me contagiabas de toda tu luz, de todo tu entusiasmo, de todas tus ganas de seguir luchando cada día. Y sé que luchaste hasta el final. Y eso te convierte todavía más en ese héroe del que te hablaba, ese héroe que sabía que eras.
Por eso quiero que sepas que eres digno de toda mi admiración, por todo lo que te has esforzado en la vida, por ti, por los tuyos. Por conseguir lo que te proponías.
Me has enseñado muchísimas cosas y me has dado la fuerza que creía perdida. Tú me volviste a hacer grande cuando pensaba que ya no podía ser más pequeña y me quisiste por ser exactamente como soy.
Y no hubo un día en el que no me lo dijeras, en el que no me lo demostraras. No hubo un día en el que no estuviera segura de que tenerte en mi vida era de las mejores cosas que me habían pasado en los 22 años de mi existencia, y por eso creía que te iba a mantener en ella para siempre. Pero "para siempre" es una expresión muy subjetiva. Porque sí que estuvimos juntos hasta tu "para siempre" pero para el mío no. Por suerte o por desgracia el mío todavía no ha llegado y ya tendré que llegar hasta él sin ti. Y cuando decíamos que íbamos a estar juntos para siempre yo pensaba que iba a ser tantísimo tiempo que no tenía de qué preocuparme. Pero para siempre resulta que ni si quiera fueron años. Y no quiero decirte "hasta nunca", no me parece justo después de todos esos "para siempres" que soñamos.
Y por todo esto y mucho más sólo puedo darte las gracias infinitas, ya que ya no tengo otra manera de agradecerte todas las cosas que has hecho por mí, las que sé que hubieses hecho.
Eras el mejor joder, el puto mejor. Duele tanto pensar que realmente ha pasado todo esto que no sé si algún día lo podré asimilar. Es demasiado injusto, demasiado irreal. No te merecías este final. y nuestra historia tampoco. Una vez escribiste que si leerías el final de un libro en el que estuviera escrita tu vida, si alguien hubiese escrito ese libro sobre la tuya te puedo asegurar que todo el mundo lloraría al leer el final. Y todo el mundo entendería de lo que te estoy hablando sin pensar si quiera un segundo que lo puedo exagerar. Si nosotros lo hubiésemos leído al menos hubiésemos sabido del poco tiempo que disponíamos para querernos, para ser felices, para soñar.
Pero mis sueños ahora están muertos. Los he enterrado junto al amor.



Ojalá quince millones de estos mañana. Ojalá quince millones de sonrisas entre cada uno de ellos. De esas silenciosas que sirven para saborear el momento, para saborear tu boca. Mi comida favorita.

Feliz día 15, mi amor.
Te azuleo hasta Neptuno ida y vuelta, ya lo sabes. Estés dónde estés, espérame.
Siempre en mí, conmigo. Mi vida. Te amo, te amo, te amo.
Alioli Lila.

No hay comentarios:

Publicar un comentario