jueves, 5 de noviembre de 2015

Te echo de menos

Amaba contarte cuentos antes de que te durmieras. Todo me recuerda a ti y la vida apesta desde que te fuiste. No solo nada volverá a ser como era. Si no que ya nunca sabré cómo hubiese sido si te hubieras quedado. Conmigo.
Extraño tanto tu piel tostada, tus costillas marcadas, tus lunares de la espalda. Extraño tanto el tacto de tus manos ásperas, tu ombligo perfecto, tu pecho de lata.
Esa facilidad para quedarte dormido en 7 segundos. Dejarte el final de la comida en el plato, el pico del pan.
Echo de menos esa risita nerviosa cuando oías mi voz al otro lado del skype.
Tu manera de acariciarme el pelo, las orejas, la cintura.
Tu cara de seta cuando algo te molestaba.
El silencio que había cuando me dejabas sin palabras.
Sentir el cielo en el estómago a tu lado.
Hasta el último poro de mi piel de gallina cada vez que me rozabas y tu sonrisa cuando eso pasaba.
Las duchas con agua fría.
Inventar palabras.
Aprender idiomas.
Soñar...

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